HASTA 1914, cuando fue inaugurado el parque de María Luisa, en Sevilla no había ninguno. Existían jardines de universal fama, como los del Alcázar. La infanta María Luisa, duquesa de Montpensier, donó parte de los jardines de San Telmo en 1893. Fueron reconvertidos en su Parque. El único parque conocido durante muchos años, al que todavía se denomina El Parque. Según he leído, actualmente el 30% de sus árboles se encuentran en un estado digamos que pachucho. En los últimos años, la ciudad se ha llenado de parques. Según los cálculos más optimistas, cuando se inaugure el proyecto de Tablada, la ciudad contará con 1.700 hectáreas de zonas verdes. Ahí es nada. Algunas fuentes estiman que cada sevillano sale a 14 metros cuadrados de parque por cabeza. Se cumplen todos los estándares internacionales. Esta es una ciudad verde, y no sólo en Heliópolis.

Sin embargo, los parques hay que mantenerlos, cuidarlos, mimarlos… Los vecinos de Alcosa han recogido 1.500 firmas para que el Ayuntamiento vigile mejor y organice más actividades en el Parque del Tamarguillo, donde una joven fue violada mientras practicaba running . Pero la vidilla de los parques depende sobre todo de los vecinos, de que acudan y los disfruten.

El ansia de crear parques en Sevilla es reciente. A finales del siglo pasado, además de El Parque, ya existían los de los Príncipes (que fue el segundo y se incorporó en los 70), Amate, Miraflores y el Alamillo (la herencia del 92, con el que empiezan los parques metropolitanos). A los que se unieron, a final de siglo, los de San Jerónimo, Celestino Mutis e Infanta Elena. En este siglo se han multiplicado, con los Bermejales, Tamarguillo, Ribera de Guadaíra, Guadaíra, Palmas Altas y el de la Vega de Triana en el Charco de la Pava. Y siempre nos quedará Tablada.

Todo eso sin contar los jardines del Alcázar, ni los de Cristina, ni la Buhaira... Ni Ciudad Jardín. Pues aún así, todavía dice la gente que hacen falta más parques. A pesar de que cada sevillano tiene14 metros cuadrados. ¿Y para qué sirven? ¿Cuántas veces vamos al año? A algunos de esos parques no los conocen ni en sus barrios.

El Ayuntamiento tiene una buena roncha, que sigue engordando. Y la gente se queja con razón porque de noche está muy oscuro y no va nadie. Y, para colmo, no sólo caen las hojas en otoño, sino las ramas completas, y hasta podan los cargos, a nada que se despisten en Parques y Jardines.

José Joaquín León