SE le debe reconocer al alcalde su interés por cambiar algo en la ciudad. Raro es el día en que Juan Espadas no aparece junto a los concejales Juan Carlos Cabrera y Antonio Muñoz (en plan Trinidad municipal), para anunciar algunas obras que todavía no han empezado, pero empezarán en 2018, ya lo verás, porque las elecciones son en 2019. Sobre todo anuncian que calles viejas se van a transformar en calles nuevas, y que serán una maravilla, dentro de poco. Ya lo había anunciado con Mateos Gago y ayer con Torneo. Tendremos un nuevo bulevar. Lo curioso es que debe ser contagioso. El portavoz de IU, Daniel González Rojas, también se animó y ha pedido que se reconduzcan las obras de la calle Amor de Dios para llenarla de árboles.

Mientras que la gente sólo ve nuevos bares, ellos proponen nuevos bulevares. Es un juego de palabras tonto, pero que describe los proyectos en marcha. El de Torneo es apasionante. A esa calle, en realidad, nadie la ve como una calle. La ven como una carretera, como una SE-30 en pequeño y al otro lado del río. Cuando sales del centro con el automóvil, al llegar a la esquina del hotel NH Plaza de Armas, siempre entra la duda existencial: ¿se llega antes por el Paseo de Colón o por Torneo? Nadie cree que Torneo es un paseo.

Espadas cree que lo puede ser. Y más todavía: un bulevar. Como París, pero a la sevillana. Con tres plazas públicas para que la gente se acostumbre a quedarse, no sólo a circular. Con aparcamiento para que la gente se habitúe a aparcar, lo que ahora resulta milagroso. Con su carril bici, faltaría más. Con jardines y pérgolas, como los paseos decentes. Con espacio para el running, que sólo se practica allí en la Nocturna. En resumen, el bulevar maravilloso.

Para que no falte de nada, se admiten sugerencias. La gente puede opinar, por Internet. Después se discriminarán las paridas y se hará lo que se debe hacer. Si esto le sale bien, será un pelotazo. La calle Torneo no es una cualquiera, sino que bien mirado es la que enlaza el centro con la Macarena a través de la ronda exterior. Por allí cerca están la Alameda y el barrio de San Lorenzo con sus monumentos.

Ahora conviene animarse y presentar el bulevar de la calle Amor de Dios. En un momento dado, se puede crear otro bulevar en la calle Imagen. A seguir poniendo árboles, hasta que llegue el día de apearlos, como le dicen ahora a cortar por lo sano. La Sevilla verde está de enhorabuena.

José Joaquín León