SEVILLA Este todavía no es como Broadway. No obstante, el estreno mundial del musical El Médico, en el Auditorio de Fibes, se ha interpretado como un paso más para encumbrar este espacio escénico. Desde ayer y hasta el sábado, se podrá contemplar un espectáculo que cuenta con 40 actores y 80 músicos. Su productor, Manuel Marvizón, afirmaba recientemente, en este Diario, que Sevilla debería apostar más por los musicales, que atraen un segmento interesante de turismo. Lo mismo se podría decir de otros espectáculos, como la ópera en el Teatro de la Maestranza, o la temporada de conciertos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Cualquier espectáculo de alto nivel se puede incluir en la oferta de la Andalusian Soul.

El Auditorio de Fibes se ha consolidado, en cinco años, como referencia para espectáculos. Ofrece una programación amplia y variada, ya cubierta para los próximos meses; e incluso espectáculos previstos para nuevas temporadas. Es decir, que este Auditorio es atractivo, a pesar de no tener una ubicación céntrica, y ha roto tabúes que también le endosaron al Teatro de la Maestranza, empezando por la frialdad. En su estética, es evidente que no son como el Teatro Lope de Vega, ni siquiera como el Cine Cervantes.

En Fibes están muy contentos con el Auditorio, según me comentaba su director comercial, José Manuel del Río. Sevilla es una plaza difícil para arraigar nuevas costumbres. El Auditorio, desde que se inauguró en la Bienal de 2012, está programando festivales, recitales de cantantes, actuaciones del Carnaval de Cádiz, o lo que sea. Dispone de una capacidad de hasta 3.500 espectadores, que casi duplica la del Teatro de la Maestranza.

A pesar del éxito, para algunos sevillanos aún le falta algo: el Pregón de la Semana Santa. Ya hubo dos intentos para el traslado que no cuajaron. En el Consejo de Cofradías saben que tienen las puertas abiertas. Allí encontrarían más localidades y más ingresos. El Ayuntamiento, en cuanto se lo dijeran a Juan Carlos Cabrera, reforzaría los autobuses-balas de Sevilla Este. Pero otros piensan que se perderían finas esencias, como las cervecitas en el Arenal, y que el almuerzo en el Alcázar quedaría lejos y los besamanos a contramano.

Por ahora, el Auditorio acoge los musicales de Marvizón. A la espera de que estrene allí alguna marcha. En Broadway tampoco ofrecen pregones, que sepamos.

José Joaquín León