PUEDE ocurrir que esos escarceos de Juan Espadas, Beltrán Pérez y Javier Millán para el presupuesto municipal de 2018 sean sólo la puntita del iceberg de 2019. Los pactos municipales en Sevilla han sido polémicos desde las primeras elecciones democráticas. En 1979 cerraron el primer pacto de izquierda, entre el PSOE, el PSA y el PCA. Un pacto para toda Andalucía, donde los andalucistas cambiaron Sevilla por Granada a los socialistas. Eso creó un gran conflicto territorial para el PSA, pero le dio la Alcaldía sevillana a Luis Uruñuela, que era lo que buscaban. Desde el principio se creó una escuela de la componenda.

Al PSA (luego PA) precisamente se le criticó su capacidad para pactar con unos y con otros. Podían tener de pareja al PP o al PSOE. Fueron los años del trío, que llevó a la Alcaldía a Alejandro Rojas-Marcos (PA), Soledad Becerril (PP) y el primer Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE). Liquidado el PA, en el PP entendieron que sólo conseguirían la Alcaldía con mayorías absolutas, como la de 2011 con  Juan Ignacio Zoido. En  2015,  el PSOE recuperó la Alcaldía con Juan Espadas (el segundo más votado), gracias al apoyo de IU y del grupo podemita denominado Participa Sevilla.

Hasta ahora, en los pactos municipales, la izquierda siempre se apoya entre sí, con tal de que no gobierne el PP. Monteseirín pactó con Torrijos. Pero la situación ha cambiado desde que apareció Podemos y zozobraron los restos del naufragio de IU. Esa izquierda ultra empezó a ser incómoda. Por eso, Espadas prefiere mirar a Ciudadanos, sabiendo que Javier Millán le sale al quite pinturero cuando es necesario. Sin embargo, no suman la mayoría.

Lo más importante no es el presupuesto de 2018, sino lo que pactarán tras las elecciones de 2019. Podemos e IU se quedarán con el voto marginal de la izquierda más insumisa. Sin embargo, el voto mayoritario del seny sevillano, las clases medias, las fuerzas vivas y todo eso, se va a repartir entre el PP, el PSOE y Ciudadanos.

¿Se podría articular una Gran Coalición del artículo 155 en Sevilla? Un acuerdo de los tres partidos puede que sea innecesario. Así que andan escamados, no vayan a ser los últimos en enterarse del idilio de los otros. Los coqueteos entre el PSOE y el PP llaman la atención, porque hasta ahora el galán oficial es Ciudadanos. Hay síntomas de que algunas cosas están cambiando. Y pueden cambiar más, si deben elegir entre susto o muerte para el pacto.

José Joaquín León