NICOLÁS Jesús Salas fue mucho más que un periodista, o un escritor que reveló secretos de la Sevilla del siglo XX. Nicolás era, ante todo, la desmesura, un volcán de energía que se proyectaba en lo que hacía, con vehemencia y con un ímpetu capaz de derribar los obstáculos. Podía ser intratable e imparable, o todo lo contrario. Podía ser un huracán que arrolla, pero siempre aparecía el hombre justo que no traicionaba sus principios. Suavizó y redefinió su personalidad con los años. Siempre fue un personaje excepcional, sin el cual no se puede entender el siglo XX en Sevilla: la segunda mitad por lo que hizo y la primera por lo que descubrió y difundió.

Nicolás Jesús Salas publicó sus trabajos en los principales periódicos de la ciudad de su tiempo: Sevilla, El Correo de Andalucía, ABC y Diario de Sevilla. Adquirió su mayor protagonismo durante la Transición, como director de ABC, al que guió en unos años difíciles, renovando la Redacción. Consiguió integrar a veteranos y a jóvenes. Dio oportunidades a una cantera de profesionales que triunfaron, fiel a lo que pensaba, estricto, según sus criterios. Yo siempre le estaré muy agradecido, porque entré en ABC de becario con 23 años, cuando él ya era director, y cinco años después me nombró redactor jefe. A su lado aprendí en unos tiempos diferentes de los actuales, en los que había que lidiar con la derecha, con la izquierda y con ambas manos. Y soportar sofocones como parte del trabajo.

Unos le acusaban de facha y otros de rojo. Él escribía Sin Rodeos. Fue uno de los periodistas que más creyó en el andalucismo, y acompañó a Manuel Clavero en el PSLA. Fue un enamorado de Sevilla, a la que dedicaba una profesión de fe todos los días. Fue el director que se atrevió a publicar información de Cofradías todo el año, y no sólo en Cuaresma. Fue un pionero, no siempre comprendido, y a veces zancadilleado por algunos que creía amigos.

La Sevilla del siglo XX quedó en deuda con él, aunque le dedicaran una calle. Sus muchos libros sobre la Guerra Civil (entre ellos Sevilla fue la clave), sus Crónicas del siglo XX, su Sevilla. Anales del siglo XX o su biografía de Queipo de Llano son lecturas imprescindibles, que no se pueden relegar al olvido. Entre todo lo bueno que consiguió para la ciudad, con sus campañas, se nos fue sin el Canal Sevilla-Bonanza. Eso también lo aprendimos de él: hay que luchar por las utopías sin rodeos. Nicolás era un caballero andante de Sevilla.

José Joaquín León