EL lunes de Pascua, que es festivo en otros lugares, en Sevilla es el día de los balances de la Semana Santa. Cada cual cuenta lo suyo, igual que los capillitas ya están criticando en las tertulias. Viendo por aquí y por allí, nos enteramos de lo que ha pasado. Bien cocinados los datos, aunque ya no sea tiempo de garbanzos con espinacas ni de torrijas, se puede esbozar un estudio sociológico de la Semana Santa que terminó. Por ejemplo, se ha sabido que el día con más gente en las calles fue el Lunes Santo. Influyó que el Domingo de Ramos estuvo lluvioso por la mañana y desapacible por la noche. Pero también muestra la diferencia entre visitantes y turistas.

Los visitantes son los que vienen del entorno de 150 kilómetros a la redonda, que incluye desde el área metropolitana al resto de la provincia y las vecinas, sobre todo de Cádiz y Huelva. Es un público que acude y se va en el día, que no se aloja. La ocupación hotelera tuvo una media del 82%, y alcanzó la mayor afluencia con el 90% del Jueves Santo, que es cuando llegan los turistas de lujo. Mientras que en los primeros días laborables los hoteles estaban al 78%, una ocupación inferior, aunque había más gente en las calles. El aumento de usuarios del Metro alcanzó su récord el Lunes Santo, seguido del Martes.

En las poblaciones del entorno salen más cofradías el Jueves y el Viernes Santo, por lo que muchos vienen a Sevilla en los primeros días. Sin olvidar la clara influencia del tiempo. Otro dato curioso es que Lipasam ha recogido un 6% menos de basura en Semana Santa, lo que significaría que hubo menos público en general, o que está dando resultado la campaña para convertir a Sevilla en la ciudad más limpia de Europa. Viendo como está el patio después de una procesión, parece que aún falta.

En el Ayuntamiento también presentan sus balances. Me gustó lo que dijo el alcalde Espadas: igual que en el Teatro de la Maestranza no comen palomitas mientras interpretan una ópera (un Falstaff, de Verdi, se ve a palo seco) en la Madrugada hay que acostumbrarse a no consumir alcohol. A menos borrachos, menos incidentes, es la consigna. Todo el mundo está contento en el Ayuntamiento. Aunque a Susana Serrano, de Participa, le pareció que faltaron urinarios y el alcalde ha prometido más en 2019. González Rojas, macareno de IU, ha criticado el tardofranquismo de las varas y las banderas laicas a media asta. Pero si sólo les disgusta eso, es buena señal.

José Joaquín León