DICEN que el mes loco es febrero, pero abril nos ha salido con locuras mil. Han ocurrido varios fenómenos extraños en Sevilla, sin contar la final de la Copa del Rey. Hemos tenido un tornado (o cosa parecida), y una tormenta eléctrica que atacaba a los semáforos y los volvía majaretas. Hemos tenido lluvia de barro del desierto, y chaparrones antifarolillos de Feria, y vendavales para cerrar los parques. A algunos de esos fenómenos les ponen nombres, desde que vinieron Emma y Hugo, pero tienen cuidado de no llamarlos Mariano o Susana. Todas estas rarezas, en otros tiempos, se hubieran interpretado como malos augurios del destino. ¡Ojú!

Aquel vendaval de las cuatro de la tarde del 12 abril duró menos de un minuto. Yo vi en directo escenas de palmeras dobladas por la mitad, que milagrosamente no se rompieron. En el Paseo de Colón pasó lo peor. La gente se tomó a guasa las escenas de los veladores volando en la Avenida. Pero verdaderamente daba miedo. Provocó unas 50 incidencias. Hasta ahora pensábamos que esas cosas sólo ocurrían en el Caribe o en Asia remota. Sevilla parecía un lugar seguro. Tan seguro como que el alcalde es Juan Espadas. Pero nunca se sabe.

En cuanto a la tormenta nocturna, fíjense que ocurrió el 22 de abril, la noche después de la final de Copa, o la noche después del final de la Feria larga. Como si llegara para los que sentían nostalgia de los fuegos artificiales. En otros tiempos había más tormentas. Eso lo he oído muchas veces, por supuesto antes del domingo. Esta tormenta, con gran aparato eléctrico, aparte de acongojar, se cebó especialmente con los semáforos, que no están preparados para eso. Alrededor de 50 incidencias también, según los datos oficiales. Esta tormenta parece que estaba patrocinada por You Tube, pues tuvo una gran acogida en la producción de videos caseros, a ver quién había conseguido las escenas más bonitas e impactantes.

Así, hasta la próxima. Velad, porque no sabéis el día ni la hora; y hay que estar preparados para subir las imágenes antes de que salga Noé con el arca. A los que se duermen, les pasará como a las vírgenes necias y no subirán ni una imagen. Todo eso viene en la Biblia, porque en aquellos tiempos había más catástrofes, aunque no existiera Facebook para pasar los datos, ni Twitter para avisar. Nos queda el consuelo de que los pantanos están a tope de agua, mira cómo ya nadie habla de eso.

José Joaquín León