UNA celebración del Corpus Christi más coherente, más centrada en la devoción eucarística, para resaltar que la Custodia con el Santísimo Sacramento es lo verdaderamente importante de la procesión. Eso es lo que quiere el arzobispo, Juan José Asenjo, según explicó recientemente en un desayuno informativo organizado por CEU Fundación San Pablo Andalucía. En un ambiente distendido, expuso su opinión personal sobre la procesión, aunque dejando muy claro que respeta “lo heredado”, según precisó. En esa línea van las novedades de este año.

Sólo el Santísimo es imprescindible. El Santísimo llena todo. El arzobispo reconoció que le gusta el Corpus de Toledo, en el que la megafonía callejera facilita los cánticos en honor de la Eucaristía. El arzobispo echa en falta más devoción en la procesión, le gustaría que los integrantes del cortejo y el público recen y canten. Un modelo diferente al de los parloteos de algunos cofrades. No hay que salir para ver y ser vistos. Tampoco se trata de organizar un Corpus a la toledana, pero sí de acabar con algunos defectos actuales, poco a poco, sin medidas drásticas.

Puede que su visión sea la más ortodoxa. No obstante, también es cierto que el actual modelo de pasos que ha heredado tiene una coherencia interna. Es como un recorrido por la Sevilla católica. Están los pioneros: las mártires Justa y Rufina, los obispos Isidoro y Leandro, el Santo Rey Fernando que la conquistó. Se suman la Inmaculada como centro de la devoción mariana, el Niño Jesús al que veneran las sacramentales, la Custodia Chica (con una reliquia)… Y Santa Ángela de la Cruz, la última en llegar, incorporada por el cardenal Amigo Vallejo como símbolo de la santidad contemporánea. Aunque va la primera y rompe  el orden histórico.

El número de representantes de hermandades no será limitado, a pesar de que monseñor Asenjo admitió que le parece excesivo. Más de 100 hermanos salieron el año pasado en las representaciones de al menos cinco hermandades, entre ellas Macarena, Gran Poder y Esperanza de Triana. ¿Serán capaces de reducirlo por su cuenta? ¿O habrá que imponer un numerus clausus? ¿O deben seguir igual?

El jueves tenemos la oportunidad de ver el alcance de esos cambios para incorporar más rezos y cánticos; así como de comprobar si las hermandades se dan por aludidas para reducir las representaciones.

José Joaquín León