SIEMPRE que ocurre algo que se aparta de lo normal surgen los bulos. Ahora los denominan fake news (o sea, noticias falsas en nuestro idioma), por influencia de las películas, o para acreditar la educación bilingüe. Pero los bulos son muy antiguos. En Sevilla funcionan desde tiempo inmemorial, desde antes de llegar las tropas del Santo Rey, desde antes de Trajano y la Alameda. Por eso, en una situación donde hay tanto en juego (la salud y el dinero, puede que incluso el amor) hay que actuar contra los infundios en las redes sociales. Me consta que en Sevilla el delegado de Seguridad, Juan Carlos Cabrera, y supongo que las demás autoridades responsables, no van a dejar pasar ni una. Hace falta una ejemplaridad disuasoria. Denunciar, detener y sancionar. Ya han abierto diligencias a un muchacho de 21 años que se pasó de listo.

EN estos momentos, la principal inquietud del coronavirus en Sevilla es qué va a suceder con los eventos de primavera. Tenemos en el calendario cercano la Semana Santa y la Feria, además de la final de la Copa del Rey, prevista para el 18 de abril en el estadio de la Cartuja, que debería convertir a Sevilla en la ciudad ideal para el turismo vasco de ese finde, ya que la disputarán Athletic de Bilbao y Real Sociedad. Una final que quizá sea aplazada a mayo. Se debe tener en cuenta que con esos tres eventos está en juego, aproximadamente, el 40% de los ingresos de los hoteles sevillanos en el año 2020. Por no hablar de la hostelería y el comercio en general. Por consiguiente, para cargarse las fiestas de primavera, debería estar muy justificado. No se puede incluir en el paquete de medidas por exceso preventivo, ni por llamar la atención.

ALGUNOS se han dado cuenta de que el coronavirus es verídico cuando la Hermandad del Gran Poder ha prohibido besar el talón del Señor. Como pasa siempre con cualquier decisión de cualquier cofradía es polémica: a unos les parece bien y a otros no. En todo caso, no es pionera, porque el viernes pasado, en el besapié de Jesús Nazareno, de la Hermandad del Silencio, ya se prohibió que los devotos besaran el pie directamente. Aunque en ambos casos se podía pasar ante las imágenes y hacer reverencias. Como ha ocurrido el domingo con otras imágenes sagradas, y como ocurrirá según avance la Cuaresma. Este no será el mejor año para los besamanos y los besapiés del domingo de Pasión, después del pregón de Julio Cuesta.

EL pasado 16 de febrero Renfe inauguró la línea de alta velocidad ferroviaria que conecta Sevilla con Granada en dos horas y media. ¿Es una mejora con respecto a lo que existía? Sí, porque antes tardaban cuatro horas. ¿Es la solución definitiva? No, porque se tarda de Sevilla a Granada lo mismo que de Sevilla a Madrid, cuando la distancia por carretera es casi la mitad. Un tren de alta velocidad entre Sevilla y Granada debería tardar menos de una hora y media. Con un trazado coherente, no como ahora, que pasa por Córdoba. A ningún conductor sensato se le ocurre viajar desde Sevilla a Granada pasando por Córdoba, sino que circula por la A-92 y sin rodeos. Pues con el tren debería pasar lo mismo.

EN los tiempos del coronavirus apenas se habla de otra cosa. Ahora surge una polémica cartesiana acerca de si se debía permitir o prohibir que unos dos mil romanos vinieran a Sevilla la semana próxima, con motivo del partido de la Europa League entre el Sevilla FC y la AS Roma, que aparte del morbito por los vínculos de Monchi, tiene la morbidez de que pudiera ser contagioso. A los sevillistas les han prohibido ir al estadio romano el 19 de marzo, día de San José, cuando se disputará el partido de vuelta. Han organizado la vuelta a puerta cerrada y la ida a puerta abierta. El asunto tiene varias contradicciones, que demuestran que se está gestionando de cualquier manera, por no decir a la caraja.