LOS premios y honores que se conceden en la ciudad de Cádiz están sujetos a comentarios. Entre ellos, los más habituales en las conversaciones de los entendidos suelen ser las dedicatorias de calles, y también los de hijos predilectos y adoptivos. Como el Ayuntamiento no los suele conceder de uno en uno, sino a varios de una tacada, las designaciones quedan más repartidas. Y así lo que a unas personas les parece mejor a otras no, y a la inversa. Siempre ha pasado y este año también. Todos los premiados tienen méritos, y otros que pudieran haberlo recibido también. Entre los premiados por el Ayuntamiento, yo me quiero referir a Ramón Velázquez.

EN la ciudad de Cádiz circulan muchos tópicos. Se suele decir que Cádiz es chiquitito y aquí se conoce todo el mundo. La familia Pettenghi es un buen ejemplo. En Cádiz, probablemente se pudiera decir que una persona de cierta edad que no haya conocido a José Pettenghi padre y a José Pettenghi hijo no es gaditano, o estaba muy despistado. Y eso nos remitiría a ese Cádiz vecinal y pueblerino donde casi todo el mundo se conoce. Pero también a ese Cádiz cosmopolita que los Pettenghi llevan en su apellido. Y asimismo al interés cultural de ambos Pettenghi, que eran dos hombres ilustrados, siendo tan distintos de ideas.

ES loable el esfuerzo realizado por el Ayuntamiento de Cádiz para mejorar la iluminación navideña, así como la programación de las fiestas en general. Se suele suponer que lo hacen, básicamente, para potenciar la oferta comercial. No debe ser ese el único fin, ya que también se organiza para conmemorar unas fiestas de origen cristiano que celebra la inmensa mayoría de los gaditanos. No obstante, es cierto que contribuyen a animar las calles de la ciudad, tanto en el centro histórico como en los extramuros. Y que ayuda a crear un mejor ambiente para las compras. Aun así, el problema de Cádiz en estas fechas no es sólo de luces, tiene otras sombras.

LA provincia de Cádiz es una potencia gastronómica. Esto lo dijo Ferrán Adriá, cuando vino para el Innovazul de la Zona Franca. Y lo ha certificado la Guía Michelín. En su nueva edición, como se sabe, la provincia mantiene las tres estrellas del Aponiente, de Ángel León, en El Puerto de Santa María, e incorpora la segunda estrella Alevante, en el hotel Meliá del Novo chiclanero, además de otra segunda estrella para Lu Cocina y Alma, de Jerez. También mantienen su estrella Código de Barra (Cádiz), Mantua (Jerez) y Tohqa (El Puerto). Pero la gran sensación es la estrella concedida al Mesón Sabor Andaluz, que se encuentra en Alcalá del Valle. Por comparar: en Sevilla, capital de Andalucía, sólo hay dos restaurantes con una estrella, y ninguno con dos, ni con tres.

CUANDO llegó al poder municipal en 2015, la izquierda desunida gaditana (es decir, la izquierda a la izquierda del PSOE) se unió de cara la galería. Sin embargo, tropezaron con un problema grave: ya no se trataba de oponerse a todo lo que dijera Teófila, sino que se trataba de gobernar. Y no supieron adaptarse al cambio. Siguieron oponiéndose a todo lo que contribuyera al desarrollo y el progreso de Cádiz. No obstante, se mantuvieron en el poder tras las elecciones de 2019. La consecuencia es que en 2023 esta ciudad había perdido ocho años y se había convertido en un municipio más de la Bahía, incapaz de ejercer su capitalidad. Ahora estamos en la fase En busca del tiempo perdido. Y no me refiero a que lean a Marcel Proust, que tampoco les vendría mal.