VIVIMOS en una sociedad con tendencia a culpar a los políticos. De lo suyo y de lo que corresponde a otros. Quedó de manifiesto en el caso del ascensor del hospital de Valme. Allí murió la joven Rocío Cortés, cuando era trasladada en una camilla, en unas circunstancias tan lamentables como confusas. Por eso, ahora también hay que tener prudencia y respetar la presunción de inocencia, cuando el atestado de la Policía apunta a “un fallo humano”. El ascensorista responsable del mantenimiento declarará como investigado. Pero ni antes la culpable era la consejera de Salud, Marina Álvarez, ni ahora lo es el ascensorista. Todavía no se ha juzgado lo ocurrido.

ESTE año se han inscrito 29 agrupaciones de la provincia de Sevilla para participar en el concurso del Carnaval de Cádiz. Un récord de agrupaciones sevillanas, lo nunca visto. Si el episodio del cine porno, con las muchachas desnudas y el palacio de San Telmo al fondo, hubiera ocurrido en la plaza de San Juan de Dios gaditana, ante el Ayuntamiento de Kichi el de Podemos, hubiera suministrado material para decenas de cuplés verdosos. Sin embargo, hay que verlo en serio. Si ha ocurrido esto, en pleno centro de la ciudad, significa que en Sevilla hay un margen de error en la vigilancia. Sin dramatizar, pero sin olvidar que no está todo tan controlado como se suponía.

EL arquitecto Ramón Montserrat pasará a la historia de la arquitectura sevillana. No sólo por haber diseñado un edificio del movimiento moderno en una ciudad donde gusta más lo antiguo, sino porque ese edificio es el de la comisaría de la Gavidia que perdimos. Se perdió la comisaría, entiéndase, pero no el edificio, que allí sigue en manifiesto trance de perdición. Debemos reconocer que es una obra consistente e incombustible, pues se ha hecho todo lo posible (y más) para que desaparezca, pero todavía no lo han conseguido. Con  abandonos menores han caído altas torres, y varias manzanas del casco antiguo.

EN diversas ocasiones, el actual alcalde, Juan Espadas, ha manifestado su intención de no permanecer en la Alcaldía más de ocho años. Con ello, está expresando su voluntad de acogerse a las normas de las hermandades, que establecen un plazo máximo de dos mandatos para los hermanos mayores. Sin abundar en detalles, Espadas está dejando caer su intención de repetir cuatro años más, para luego retirarse. Y con ello, queriendo o sin querer, se entraría en la costumbre de que la oposición no presente una candidatura alternativa para facilitar que complete los dos mandatos.

TODOS los catalanes no son iguales. También hay muchos que se sienten profundamente españoles. Se visualizó claramente en la manifestación del 9 de octubre en Barcelona. Y también está presente en Sevilla, junto a la calle Sierpes, en el patio del Real Círculo de Labradores, donde se expone La Degollá, en una muestra dedicada al pintor Augusto Ferrer-Dalmau, que ha sido organizada en colaboración con la Fundación San Pablo Andalucía del CEU. Este pintor, nacido en Barcelona en 1964, recordaba ayer que el problema de Cataluña es ante todo cultural y educativo, marcado por la manipulación de unos dirigentes políticos independentistas, que en los últimos años hicieron todo lo posible por combinar un patriotismo catalán exaltado y ficticio con un profundo odio a España.