UN año más, al llegar los Reyes Magos, observamos agresividad y discordia por todas partes. Hoy se abre un paréntesis de mirar hacia la infancia. Melchor, Gaspar y Baltasar recorrerán las calles de Sevilla, en la cabalgata que con tanto mino han preparado Manolo Sainz y el equipo del Ateneo. Momentos de felicidad e ilusión infantil. Ha dado la casualidad (¿o es un signo?) de que coincidirá con las honras fúnebres de Benedicto XVI. En su libro La infancia de Jesús, sugirió la teoría de que los Reyes Magos procedían de algún lugar de Tartessos, por lo que se dijo que eran andaluces. Ese libro, como otros de Ratizinger sobre Jesús, es una joya para alumbrar la fe, en estos tiempos de nihilismo y extravío. Vivimos sin altura de miras, como se suele decir. Porque la altura está en el cielo, en la Estrella que guia a los magos.

UNA de las noticias sevillanas del año 2022 es la concesión a Sevilla de la Agencia Aeroespacial Española. Todavía algunos la están cuestionando. Parece como si fuera el Gordo de Navidad. No es lo mismo el sectarismo que la estupidez. Al Gobierno de Pedro Sánchez se le pueden criticar sus reformas exprés para agradar a los independentistas. Pero es una estupidez decir que le han concedido la Agencia Aeroespacial a Sevilla para que Antonio Muñoz gane las elecciones municipales. A Sevilla se le niega todo. ¿Qué hemos hecho para merecer esto? Convendría preguntarlo. Quizás influye que aquí el espíritu reivindicativo es laxo, como se ve con el Metro y la SE-40.

NO deberíamos equivocar el rumbo del tranvía de Nervión. El mayor problema no es si las obras van a estar terminadas, o no, para mayo de 2023, cuando serán convocadas las elecciones municipales, en las que competirán Antonio Muñoz, por el PSOE, y José Luis Sanz, por el PP. El verdadero problema es el perjuicio que está sufriendo el comercio de Nervión, y también sus vecinos, en estas Navidades. Las obras afectan a la parte más sensible, la más comercial. Han dejado mal comunicados los accesos a El Corte Inglés y al Centro Comercial Nervión Plaza y al mercadillo. Hay que sortear unos atascos absurdos para entrar en los aparcamientos subterráneos.

POR razones difíciles de entender, las galerías de arte no suelen gozar de la misma consideración que otras actividades culturales. Supongo que influyen sus fines comerciales, ya que venden obras artísticas. Si no se vendieran, difícilmente existirían los artistas, que también son criaturitas de Dios. Pero, como predomina la teoría de que la cultura debe estar subvencionada desde los poderes públicos, las actividades privadas se observan con cierta prevención. Es muy injusto. En estos días de Adviento, con viento y lluvias, hay dos exposiciones destacables en dos galerías: la de Carmen Laffón en Rafael Ortiz y la de Carmen Bustamante en Magdalena Haurie.

LAS tradiciones sevillanas se mantienen, aunque también se renuevan o se reinventan. Todo el mundo en general se evoca en la ciudad el 8 de diciembre, cuando llega la fiesta de la Inmaculada, y reverdece la Flor de las flores en el Adviento, que ya nos presagia la Esperanza de otra Navidad. Retorna un ritual que es público y notorio. Día de funciones en honor de la Inmaculada en los templos, organizadas por hermandades que la tienen por titular, o que son sacramentales. La devoción eucarística está unida a la concepcionista. Los franciscanos la propagaron. Las primeras hermandades sacramentales, impulsadas por Teresa Henríquez, ya compartían el amor por el Santísimo y por la Inmaculada.