EGIPTO tuvo fama por sus faraones y sus plagas bíblicas, entre otras cuestiones. En Sevilla el faraón más conocido es el de Camas, Curro Romero, pero de plagas estamos bien surtidos. Leímos en la prensa unas declaraciones de Milagros Fernández de Lezeta, directora de Anecpla (Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental), alertando de que a causa del confinamiento del coronavirus han aumentado las plagas en Sevilla. Las ganas de comer de estos bichos se han juntado con el calor, formando ese cóctel veraniego que tanto da que hablar. Ratas y ratones, mosquitos y mosquitas, cucarachas y cucarachos, pulguitas y puede que otros insectos variopintos, sin olvidarnos de algunas cotorritas dispersas, salen de sus aposentos hacia otros barrios, sin pararse a pensar si son pobres o ricos. Van a por todas.

ENTRE las propuestas que planteó el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos estaba el control de las casas de apuestas para acabar con la ludopatía. Otro cuento chino, como se ha visto después. Alberto Garzón (ese ministro que puede con todo porque no sirve para nada) se erigió en el paladín del combate contra el juego que azota a la juventud, y bla, bla, bla. Se sabía, desde el principio, que iba de postureo. Basta con ver los partidos de la recuperada Liga. En los descansos, casi toda la publicidad en televisión se dedica a casas de apuestas y coches (privados, por supuesto, nada de transporte público). En lo referido a las apuestas, los mismos locutores y comentaristas hacen publicidad y aconsejan, a ver quién pica. Esos partidos televisados los ven jóvenes y niños, que saben quiénes son esos presentadores y presentadoras que los animan a jugar. Eso sí, con responsabilidad...

HA vuelto a la actualidad la línea 3 del Metro de Sevilla, que se está convirtiendo en la línea de los hospitales. Con el cambio anunciado por la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, para que el recorrido de la avenida de la Palmera se desvíe hasta el Hospital Virgen del Rocío, esta línea va a enlazar a los tres principales hospitales públicos sevillanos (Macarena en la zona norte, Virgen del Rocío y Valme en la zona sur). Además de que pasará cerca de otros, como la Clínica de Fátima, Duque del Infantado, Sagrado Corazón, Fremap, Hospital Militar (también) y algunos más. Si a eso se añade que llevará al estadio del Betis, la Ciudad de la Justicia, Lagoh, y a varios sitios de interés más, esta línea del Metro va a estar a tope. Sería aconsejable la mascarilla aunque hayan encontrado una vacuna fiable contra el coronavirus.

EN Sevilla habrá pronto más verdes que rojos, aunque la clasificación de la Liga Santander diga lo contrario. Ya he comentado que las elecciones municipales francesas dejaron algunos detalles muy interesantes, como que el coronavirus le ha quitado a la gente las ganas de votar y sólo participó un 40% del censo; y que los más beneficiados han sido los ecologistas. De modo que en Francia todos los políticos ya son ecologistas. Supongo que no cambiarán la estatua ecuestre de Juana de Arco, que está en una de las entradas del Jardín de las Tullerías, por otra de Greta Thunberg en bicicleta. Las modas son así. Pero la vida verde ha llegado para quedarse. De momento, en Sevilla vienen malos días para el arboricidio. Ya hay una decena de asociaciones verdes alegando contra el tranvía de Santa Justa. Capitaneadas por Adelante, cuyo nuevo portavoz es rojo: González Rojas.

POR fin han abierto las fronteras entre España y Portugal, lo que significa que se puede viajar desde Sevilla al Algarve. El Rey de España, Felipe VI, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y los jefes de Gobierno, Pedro Sánchez y Antonio Costa, han escenificado la apertura en Badajoz y Elvas. Han tardado más en abrir la frontera con Portugal que con el resto de la Unión Europea. Tan cerca y tan lejos. Y lo hicieron en la víspera de que se abra con otros países no europeos, algunos con dudoso control de la pandemia. Querían permitir hoy los viajes con China, donde no piensan en recibir a europeos.