EL Cádiz se impuso al Málaga por 1-0 en su partido de presentación, con apuros. Fue como en otros tiempos, cuando jugaba en las vísperas del Trofeo, en la copa que patrocinaba Cruzcampo. Estos partidos amistosos no suelen revelar las intenciones de los entrenadores. Pero el sábado en Carranza quedaron algunas cosas claras. Faltan refuerzos importantes, sobre todo para el ataque y los extremos, incluso para el lateral izquierdo. Y sobran varios jugadores. La alineación inicial se podría asemejar bastante a la que inicie la Liga el próximo domingo ante la Ponferradina. Ya se sabe que Álvaro Cervera no es partidario de incluir, de inmediato, a los recién llegados.

ESTAMOS en el momento más chungo de la pretemporada. Sobre todo porque los impacientes no digieren bien el paso lento del tiempo. Esta categoría de la Segunda División (a la que casi todos los años le cambian el nombre con otra cuenta bancaria) es así. Si el Cádiz cerrara su plantilla mañana cometería un gran error, porque se quedaría fuera del mercado y de los últimos movimientos, cuando a veces pueden surgir gangas. Pero si el Cádiz no fortalece su plantilla antes de dos semanas, para el comienzo de la temporada, se comete otro error, ya que los tres primeros partidos son de los que se deberían ganar para llegar al cierre del mercado con 9 puntos.

FALTAN tres semanas para que comience la Liga. Se habla mucho de los refuerzos, pero menos de los que se van, en general sin pena ni gloria. En modo figuras, apenas han salido Machís y Manu Vallejo. A Rober Correa, aunque haya fichado por el Eibar, que está en Primera, se le ve como un lateral sustituible. También se ha ido Ager Aketxe, por el que el Cádiz no ha mostrado suficiente aprecio, quizá porque venía Jurado y porque Álex Fernández podría jugar de mediapunta, si no cuaja la oferta maravillosa de todos los veranos que se queda en nada. Los demás se fueron porque no interesaban.

EL fútbol actual ha perdido ese sentimiento que ya sólo mantienen los aficionados. Los clubes funcionan como empresas. Los entrenadores y los futbolistas como trabajadores al mejor postor. Esa profesionalidad aséptica se nota en los fichajes. Avanza la pretemporada sin que los clubes tengan sus plantillas definidas. Disponen de un cupo de jugadores que compran o venden, que que son cedidos o traspasados si surge una oferta mejor. No sólo le pasa al Cádiz, por supuesto, sino a todos. Véase los culebrones que tienen montados el Real Madrid y el Barcelona, con casos como el de Pogba o el de Neymar. Unos se quedan y otros se van. ¿Pero quiénes?

LAS malas relaciones entre Manuel Vizcaíno y Quique Pina forman parte de las circunstancias del Cádiz CF. Es un perjuicio para el club que se monte un cruce de denuncias y peleas, una vez más, precisamente cuando están inmersos en la campaña de fichajes y abonados. Vizcaíno y Pina se integraron en la sociedad Locos por el Balón, gracias a la cual se salvó el Cádiz. Algunos aficionados olvidan ese detalle, y dicen que vinieron para forrarse y cosas así. Sin embargo, insisto en que no conozco a ningún multimillonario gaditano al que en estos momentos le interese invertir su fortuna en este negocio tan suculento. Significa que esto es lo que hay.  No olvidemos otro detalle: la situación de Vizcaíno y la de Pina son diferentes.