ESPECTACULAR ha sido el encuentro entre el alcalde de Cádiz, José María González Santos, y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en la primera visita institucional de esta señora al Ayuntamiento de Cádiz. La primera, sí, a pesar de que se encuentra a poco más de 100 kilómetros de su despacho de Sevilla; y hay un puente nuevo para llegar antes, por si alguien no se ha enterado todavía, y luego se quejan de los anuncios. Pero ha merecido la pena esperar tanto tiempo. Ayer anunciaron cosas que ya  no recordaban ni los más viejos del lugar. Aunque otras sí, pues estamos curados de espantos; y cuentos hemos oído muchos.

PRECISAMENTE ayer, en la víspera de la visita institucional de Susana Díaz a Cádiz, han dimitido el viceconsejero de Salud de la Junta, Martín Blanco, y el gerente del Servicio Andaluz de Salud, José Manuel Aranda. Han sido arrastrados por las mareas blancas de los hospitales andaluces, que tienen altamente mosqueados a los dirigentes de la Junta de Andalucía. Es curioso que el jaleo se haya organizado en Granada, tras la fusión hospitalaria (ahora deshecha), a pesar de que la Junta ha gastado allí una inversión multimillonaria en los últimos años, que algunas fuentes sitúan en 200 millones. En Cádiz también hay algunas protestas, pero con escaso impacto mediático.

EN Cádiz puede haber, como mínimo, una decena de barrios en condiciones sociales iguales o peores que la Barriada de la Paz. A partir de un informe que ha sido elaborado por la Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía, se detecta un cierto afán de convertir a este núcleo (uno de los más poblados de Cádiz) en una especie de gueto urbano. Pero hay que decir claramente que la Barriada (como se la conoce en Cádiz) no es como las Tres Mil, de Sevilla, ni necesita que le pongan un  comisionado como lo fue el actual Defensor del Pueblo andaluz, Jesús Maeztu, antiguo párroco del Cerro del Moro. Lo que necesita la Barriada (como tantos barrios gaditanos) es más empleo, más ingresos, un mejor nivel de vida. Pero eso no significa que sea un reducto de marginación, ni de peligros para el caminante.

TERESA rima con lideresa y también con alcaldesa. Esto lo menciono como curiosidad, por si algún pregonero se quiere apuntar al ripio. Pero es lo cierto que Teresa la lideresa (de Podemos), sin ser la alcaldesa (de Cádiz), tiene mucho que ver en el Ayuntamiento. Y, por supuesto, no es porque ejerza su papel de primera dama, en plan Michelle Obama, a modo de florero con inquietudes progresistas y feministas (de lo más completa, pues), sino por todo lo contrario. Porque a veces tenemos la impresión de que el consorte es el otro, ya que quien manda en Podemos de Andalucía es ella. Y eso influye mucho, guste o no, en las relaciones del Ayuntamiento de Cádiz con la Junta.

CADA vez que salen unas estadísticas del paro son recibidas con las tradicionales valoraciones, que es lo peor. Al día siguiente, se olvidan de este asunto; menos los parados, claro. Los datos de 2016 en la provincia de Cádiz son contradictorios. Por un lado, hay menos parados y se está creando empleo, sobre todo en el sector industrial (eso es lo que ha salido). Por otro lado, se detecta menos población activa (esto es, menos gente en situación de currar), con un resurgir del ninismo en el hogar, a la vez que disminuyen las familias con todos los miembros en paro. Si no lo entienden, yo tampoco. Se supone que se debe a un auge de la economía sumergida invisible, o que la Encuesta de la Población Activa tiene más fallos que las encuestas electorales. O lo uno y lo otro.