LAS ciencias políticas adelantan una barbaridad. Sin embargo, no en todos los casos adelantan igual. Algunos se han quedado varados en Maquiavelo, otros en Hobbes, estos en Montesquieu, esos en Karl Marx, aquellos en Gramsci, y los indignados en Pablo Iglesias el malo y las campañas esotéricas de Irene Montero. Pero, en la Transición española, se crearon nuevas formas de gestión que los Adanes y Evas posteriores han silenciado. Por ejemplo: el político guapito. Ser guapito de cara es un plus para el político. En España, un presidente guapito puede durar dos legislaturas, o incluso más, mientras que uno feo durará pocos telediarios. Con raras excepciones.

SE suele decir que una buena capa todo lo tapa. En este país hay que tapar muchas cosas. Justo cuando se hablaba de la sentencia de los ERE y de las condenas a Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que no se enriquecieron personalmente, pero bueno, pasó lo que pasó. Justo cuando salía a relucir la inflación del mes de julio, que ha subido al 10,8% y es la más alta de los últimos 38 años. Justo cuando las encuestas dicen que el PSOE de Pedro Sánchez va de capa caída. Justo cuando hasta los socialistas de toda la vida están despotricando, y se suelta el lastre de Lastra, y ruedan cabezas por la madrileña calle Ferraz. Justo cuando la socia Irene Montero lanzó la campaña en favor de la obesidad, que tantos millones cuesta a la Sanidad pública. Justo entonces apareció Pedro Sánchez sin corbata, para criticar al PP y los empresarios.

JUANMA Moreno Bonilla ha sido investido presidente de la Junta de Andalucía con una mayoría muy absoluta. En las votaciones del Parlamento, contó con los 58 votos del PP, la abstención de Vox y los 37 votos en contra del PSOE, Por Andalucía y Adelante. Significa que lo consiguió con 21 escaños de ventaja. La abstención de Vox era lógica, y no a cambio de la vicepresidencia tercera de la mesa, sino porque no se iban a sumar a la izquierda, ni les interesaba después del resultado en las urnas. También es lógico que los socialistas, los comunistas y los anticapitalistas votaran en contra, pues para eso los han puesto en la oposición.

MUCHOS parlamentarios andaluces lo repetían como loritos: “Esta es la fiesta de la democracia”. La apertura de la XII Legislatura del Parlamento de Andalucía resultó muy bonita y festiva. Los parlamentarios aparecían contentísimos. No era para menos, pues han encontrado un trabajo para cuatro años. Allí acudieron sus familiares para celebrarlo. Era un día de cortesías y abrazos, de muchas fotos con sonrisas. No era como en el Congreso de los Diputados, donde a la misma hora se despellejaban en el debate del estado de la nación. Andalucía es diferente, ya se ha visto el 19-J.

UNO de los errores más graves que cometió Vox en la campaña andaluza fue que se la diseñaron en Madrid y se les notó demasiado. No se puede venir a Andalucía en plan chulapona de Lavapiés. No se puede enviar a Macarena Olona como una emigrante en AVE, para que aterrice en Salobreña, mientras critica a los emigrantes que llegan en patera a las costas de al lado. Y, sobre todo, que lo peor en Andalucía son las chulerías. Eso se sabe desde el 28-F, que era eso: la reivindicación de quienes no quieren que los tomen por tontos. El andalucismo siempre ha defendido que lo nuestro se decida aquí, y que no nos den coba los catalanes, ni los vascos, ni los madrileños. Sin que eso impida al andaluz sentirse español.