ESTAMOS en la semana del puente de agosto, como dicen en televisión. El puente de la Virgen de agosto, como precisan otros. Puente por delante y por detrás del día 15, cuando se conmemora la Asunción de la Virgen a los cielos. Un milagro maravilloso. Muchas ciudades celebran fiestas patronales y no patronales, herencia de la fe cristiana y de la devoción mariana que marca el calendario. La fecha ha llegado tras la aún reciente celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, presidida por el Papa Francisco, a la que viajaron miles de jóvenes andaluces y del resto de España y la Humanidad. Peregrinos en pos de un testimonio de fe.

PARA entender el bloqueo al que ha llegado España, lo primero es conocer las reglas del juego. Pedro Sánchez es un animal político, que juega canchero, como dicen los argentinos. Estaba predestinado a perder las elecciones del 23-J por su mala gestión, pero se salvó a tiempo con una estrategia simple: consiguió que el partido antipático no estuviera en la izquierda, sino en la derecha. Ocultó a Podemos y puso el foco en Vox. A partir de ahí, Vox se pasó de torpezas. Vox hizo lo contrario que interesaba para derrotar al sanchismo. Abascal y Buxadé hicieron una campaña como si vinieran de galopar con el Cid Campeador. Y Sánchez sólo hablaba de Vox.

GRACIAS a las vacaciones, la gente se desintoxica de política, y chapotea en las playas sin que vote Txapote. Por culpa de los calores y los incendios, la actualidad informativa ofrece otros puntos de interés. Pero pronto volverán las oscuras aves de mal agüero a volar por este país. Y conviene no olvidar donde estamos. En un bloqueo para gobernar, que sólo se podría solucionar con acuerdos entre el PP y el PSOE, o convocando nuevas elecciones, a ver si sale algo diferente a la ingobernabilidad. Aparte de eso, hay asignaturas pendientes que pasan desapercibidas. Como el fracaso de un pacto del PP y el PSOE en Ceuta, porque Pedro Sánchez no lo ha permitido, mientras disfrutaba sus vacaciones en Marruecos.

NI Feijóo, ni Sánchez. Estas elecciones las ha ganado Cataluña y las ha perdido Madrid. Estas elecciones las han ganado los que apostaron por el voto útil al PSC, y las han perdido los de Vox y quienes achucharon al pit bull desde Madrid. Porque en el final de la campaña se dedicaron a asustar a los catalanes; y porque les dijeron que con Vox se iban a enterar. Para entender a Cataluña hay que vivir allí, o hablar con el Círculo de Economía. Y donde menos se entiende a Cataluña es en Madrid. Aunque eso se sufre en el resto de España.

NO importa si le toca a Feijóo o a Sánchez. El próximo presidente del Gobierno, si lo hubiere, a partir de enero de 2024, deberá aprobar la implantación de peajes en autopistas y autovías de España. Le guste o no. Negarlo en la campaña no significa nada. Ya llegará el momento. Conviene recordar que el primero en anunciarlo fue Pere Navarro, director general de Tráfico. Por tanto, no era “una mentira de Feijóo”, sino que lo dijo un alto cargo del Gobierno. Esa misma tarde lo desmintió, se supone que después de ser abroncado por sus jefes, que temían que les estropeara la campaña. Pedro Sánchez dijo que era falso y que no cobrarán más peajes. ¿Otra mentira? La CE recordó que los peajes forman parte de los compromisos de España para recibir fondos europeos.