EN estos últimos días se ha puesto de moda insultar al presidente de la Junta, Juanma Moreno, desde Madrid y desde Barcelona. Eso significa que Andalucía les molesta. Juanma empieza a tener un peso propio en la política española, y les fastidia que en la autonomía con más votantes del Estado las cosas sean diferentes a lo que le conviene al Gobierno izquierdista de Pedro Sánchez y al independentista de Pere Aragonés. Cuando no hay argumentos serios, se acogen al insulto y a la burla. Eso es lo que están haciendo, además de recurrir a las mentiras en la proposición de Doñana que aprobó el Parlamento de Andalucía. Es vergonzoso que difundan falsedades por electoralismo.
FALTA un mes y medio para las elecciones municipales del 28-M. En Andalucía, a diferencia de otras comunidades, no coinciden con las elecciones autonómicas. Tampoco son unas elecciones generales. Sin embargo, viendo las precampañas de los partidos, parece que nos estamos jugando el futuro de España y la humanidad. No es eso. Y, como no es eso, están manipulando la realidad electoral. Están destrozando el municipalismo, que parece como si no interesara a los partidos. Y están despojando a los vecinos de debatir los problemas reales de sus ciudades, distorsionando los mensajes.
LA Semana Santa es la fiesta más importante de España. En ningún país de Europa se celebra con semejante intensidad. Aunque en otras regiones españolas también genera un importante impacto, en Andalucía alcanza su cumbre. Y no sólo por las celebraciones religiosas con las procesiones, también por el turismo de playa y el cultural. Según las estimaciones del Ayuntamiento de Sevilla, en 2019 (el último año antes de la pandemia), produjo unos beneficios de 400 millones en la ciudad. Los consejos y agrupaciones de hermandades ya estimaron en 2014 que en las ocho capitales andaluzas y Jerez los beneficios totales eran de 600 millones. Para este año 2023 podrían superar los 1.000 millones. Por ello, ya ni los políticos más ateos dudan de la utilidad de la Semana Santa, que valoran más allá de la fe religiosa que la origina.
LA gente inteligente pero artificial cree que todas las secretarias de Estado del Gobierno de Pedro Sánchez son como la podemita Pam de Igualdad. De esta señora, Ángela Rodríguez, vulgo Pam, se dice que es filósofa y política, aunque no es filósofa de la escuela de Aristóteles ni de Platón, que le parecerán machistas, sino que nunca ha trabajado en una empresa privada y siempre se ha dedicado a los indignados, gracias a lo cual ha conseguido ganar más de 100.000 euros al año, como una rica. Pero, señoras y señores, en un Gobierno puede haber excepciones. Todos y todas no son iguales.
LA absurda moción de censura de Vox está originando consecuencias lamentables. Le han echado un salvavidas a Pedro Sánchez cuando estaba en apuros. Y lo peor: al presentar como candidato a don Ramón Tamames, han puesto el foco en matar al abuelo. Se está perdiendo el respeto a los mayores. La gente dice: ¿cómo va a ser presidente del Gobierno, si no puede subir a la tribuna de oradores del Congreso? Van a indignar a los jóvenes que cobran el salario mínimo como camareros. A los chavales que todavía le piden algo de dinerito al abuelo, gracias a su pensión (que los muchachos temen no cobrar el día de mañana) les van a crear una abuelofobia. Y el debate lo ponen la semana después del día del padre.