CUANDO estamos en vísperas del otoño, cuando todavía no ha expirado el verano en los atardeceres cárdenos del Aljarafe, hemos recibido un anticipo de la primavera ansiada. Es un acierto del Consejo de Hermandades y Cofradías designar al pregonero y al cartelista de la Semana Santa a mediados de septiembre. Primero porque el pregonero, José Ignacio del Rey Tirado, y el cartelista, Pepilllo Gutiérrez Aragón, dispondrán de más tiempo. Y, sobre todo, porque en un periodo de extravío, cuando la Semana Santa se confunde con una fiesta burocratizada y es sometida a la tiranía del miedo que rechazamos, se vuelve a hablar de lo de siempre: de cómo será el pregón, de cómo será el cartel, de cómo será lo que tiene que ser.

A los fans de Caperucita Roja, admiradores de Charles Perrault, compañeros de Juanma Moreno, y a todos los que gustan de que les cuenten un cuento, en general, les habrá dejado patidifusos (o patidifusas) esta noticia: ¡Que viene Primark! Es verdad que ya lo habían dicho en tropecientas ocasiones anteriores, que por fin se iba a instalar Primark en Sevilla, como si fuera lo máximo a lo que se podía aspirar, como si no tuvieran una tienda en Huelva y otra en Jerez, no tan lejos; como si en Sevilla no existieran otras firmas que venden lo mismo que Primark, que tampoco es como Chanel, sino una firma irlandesa de ropa económica, que tiene una flagship suntuosa en la Gran Vía de Madrid. Pero no se acabará el mundo, ni la milla de oro de la calle Tetuán.

EL regionalismo arquitectónico ha estado mal visto por un cierto sector ideológico y profesional en Sevilla. Eso hay que tenerlo en cuenta para entender lo que ha pasado en Nervión. El Ayuntamiento ha corregido una omisión, y va a frenar la destrucción que han sufrido obras de Aníbal González, Juan Talavera y otros arquitectos de aquel periodo. A muchos ha sorprendido que edificios como el de la calle Cristo de la Sed, 35 no estuvieran protegidos, a pesar de que conformaban el estilo del viejo Nervión, un barrio en trance de perdición, pero que aún conserva interesantes casas en los alrededores de la avenida de la Cruz del Campo.

LA Junta de Andalucía ha ofrecido con orgullo su receta para mejorar la enseñanza en esta nuestra comunidad: más profesores y menos alumnos. Sin embargo, se han equivocado. También hay que pagar las pensiones, así que Susana Díaz aún puede mejorar la fórmula: más profesores y más alumnos. Por otra parte, los alumnos también tienen una receta para abordar su futuro laboral: más funcionarios y menos empresarios. Eso es lo que se deduce del informe de la Cámara de Comercio de Sevilla, que ayer fue presentado por Ramón Bullón. Este informe, como en años anteriores, parece que es una exaltación del espíritu funcionarial. Una de cada dos familias quiere que su hijo trabaje en el sector público, incluso por encima de su vocación.

HABÍA expectación por conocer lo que decidía la sección de Penitencia del Consejo de Cofradías, que se reunió en la tarde del lunes, 11 de septiembre, mientras en Barcelona se celebraba la Diada de Cataluña. Al más puro estilo de Rajoy, el Consejo que preside Joaquín Sainz de la Maza optó por dejarlo correr un poco más. Han solicitado algunos informes adicionales, aunque no al Tribunal Constitucional, claro, sino a expertos en la materia. Una vez que se pronuncien los especialistas, reunirán a los hermanos mayores del Martes Santo para comunicarles la decisión.