EN estos días, bastantes gaditanos están descubriendo que hay una avenida en su ciudad a la que se denomina popularmente La Transversal. Y no es porque aglutine a votantes de derecha y de izquierda entre sus vecinos (que también), sino porque en teoría permitiría circular desde el Paseo Marítimo, a la altura de Asdrúbal (antigua plaza de toros), hasta el puente de la Constitución de 1812 (conocido como el Nuevo Puente). Esa avenida ya existía en gran parte, pero sufría un tapón en la zona conocida como la Guardia Civil (donde ya no está la Guardia Civil), que impedía disfrutarla en toda su grandeza presentida. En el año VI de Kichi se ha conseguido. Pero tiene un problema gordo: está mal aprovechada.
HA impactado que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, dijera que quiere convertir a la provincia de Cádiz en “la locomotora económica de Andalucía”. Lo dijo tras el Consejo de Gobierno en el Oratorio de San Felipe, en el que anunció la inversión de 223 millones de euros en la provincia, y se comprometió a avanzar en los proyectos del nuevo hospital en Puntales, la Ciudad de la Justicia en Loreto y el tranvía de la Bahía. Es decir, tres proyectos que la gente se toma a cachondeo, pues la cosa comenzó en los tiempos de Manuel Chaves, y tampoco lo cumplieron dos presidentes socialistas más, José Antonio Griñán y Susana Díaz. Decirlo es fácil, y lo dice cualquiera. Creerlo, a día de hoy, es materia de fe. Aunque ahora gobiernen el PP y Ciudadanos en Andalucía.
NO sé qué más debe ocurrir para que le devuelvan al estadio Carranza su nombre y le supriman el de Nuevo Mirandilla. Lo escribí el 8 de octubre de 2021: ese estadio está gafado. Desde que le cambiaron el nombre, han pasado más de cinco meses y el Cádiz no ha ganado ni un partido. Ha perdido puntos en trágicas circunstancias. Fue terrible lo ocurrido en la noche del pasado martes. Parecía que el Cádiz rompería el maleficio, con el cambio de entrenador y la llegada de Sergio González, pero el Espanyol empató en el minuto 96, en una jugada tontísima, en un despiste colosal. ¿Y no parecía cosa de brujas? Es el gafe, es la maldición. El Nuevo Mirandilla le ha dado al Cádiz la puntilla.
AL final resultará que el COAC (Concurso Oficial de Agrupaciones carnavalescas) tiene la culpa de que hayan reconvertido el Carnaval de Cádiz en las Fiestas Típicas Gaditanas de 2022. Algunos dicen que hubiera sido imposible celebrarlo en estos días de enero. ¿Se imaginan ustedes el Gran Teatro Falla en las noches de Ómicron? Esos coros diezmados y reconvertidos en comparsas o chirigotas, por falta de componentes. Esas comparsas y chirigotas reconvertidas en cuartetos por falta de componentes. Esos cuartetos reconvertidos en romanceros por falta de componentes… Y el patio de butacas y el gallinero con media entrada, y el palco municipal, y… Bueno, no sigo. En estos días creo que hay algunos espectáculos. Aún quedan supervivientes.
EL PSOE gaditano no consigue levantar cabeza desde que Carlos Díaz fue obligado a no presentarse en 1995, cuando empezó el boom de Teófila Martínez. Pero el PSOE gaditano ha estado en crisis, con familias peleadas, desde el principio de la democracia. Pues cuando llegó Carlos Díaz a la Alcaldía fue porque las dos familias de entonces estaban en disputa y buscaron a un tercero que pasaba por allí. Después Carlos Díaz se consolidó como alcalde, pero nunca tuvo liderazgo en el PSOE gaditano. Y así siguen. Por ello, no puede sorprender demasiado la dimisión de su portavoz municipal, Mara Rodríguez, y los concejales Francisco Javier Ramírez y Rosa de la Flor. Justo cuando van a elegir a José Ramón Ortega como nuevo secretario local, en el relevo de Fran González. Para ambos han tenido recuerdos, nada cariñosos, en la despedida. Pero este problema no es de ahora, sino de siempre.