TERMINÓ la temporada alta de playas, empieza el otoño y es la hora del balance. Ha sido un año muy raro con el coronavirus y la mascarilla para pasear por la orilla. Una de las curiosidades en las playas gaditanas es que los perros de Camposoto han tenido mejores servicios que los seres humanos de la playa de la Victoria. Las autoridades municipales se han vuelto majaretas y pasa lo que pasa. Lo que ha pasado es que en la playa canina de Camposoto les instalaron duchas para que se asearan. Mientras que en la playa de la Victoria suprimieron las duchas y los lavapiés de las personas humanas para evitar contagios del Covid 19. Es decir, que los perros isleños se han podido duchar gracias a la alcaldesa Patricia Cavada y los humanos y humanas no se pudieron lavar los pies en Cádiz por culpa de Kichi. ¿Eso es científico?

EN Cádiz hay gente con muy mala leche y muy cínica. Eso lo ha dicho Teresa Rodríguez, para defender la baja por paternidad de Kichi, y yo estoy de acuerdo. No con todo lo que afirma en el manifiesto o alegato que ha escrito para defender a su pareja, que se puede entender porque el amor es ciego, pero sí comparto que deben predominar los sentimientos humanos. El alcalde ha sido padre y Teresa Rodríguez ha sido madre, por segunda vez en 18 meses. Hay que felicitarlos por el buen ejemplo que han dado: por ser papá y mamá en tiempos difíciles, por contribuir al aumento de la natalidad, que está fatal en Cádiz. Vienen la mar de bien dos criaturas. Y luego hay que cuidarlas, y esta pareja no tiene empleada de hogar, como ha recordado Teresa. Y conste que no voy a valorar su economía familiar, ni el convenio del personal doméstico. Al pedir una baja por paternidad de 12 semanas, Cádiz va a estar sin su alcalde durante todo lo que resta de 2020.

EL presunto nuevo hospital de Puntales tiene un solar lleno de jaramagos, pero parece que es una margarita desflorada. Un día dicen sí y otro no. Unas veces lo anuncian y otras lo vuelven a posponer. Ya escribí otro artículo, en el que recordaba que el momento es ahora. Sensibilidad especial por la pandemia y sus consecuencias sanitarias. Necesidad de aumentar las inversiones en infraestructuras públicas, con ayudas o sin ayudas europeas. Si una vez más se le da carrete, llegaremos al año 2050 sin el hospital en los terrenos de la antigua CASA, que serán como una selva de jaramagos mientras otros capullos siguen deshojando margaritas.

PUES sí que iban bien orientados el doctor don Simón y compañía… Se entiende que la Fiscalía de Dolores Delgado no quiera que investiguen las actuaciones del Gobierno de Pedro y Pablo. Empezaron diciendo que las mascarillas no servían para nada, y ahora ya vamos por que pueden crear inmunidad frente al coronavirus. ¡Anda ahí! Siempre dicen lo que interesa, según si hay mascarillas o no en el stock disponible. Pero han llegado para quedarse. Al menos durante una temporada. Conozco a personas que dicen: “Yo, aunque me vacune, voy a seguir usando la mascarilla, porque tiene muchas ventajas”. Y más que le vamos a descubrir. Igual que organizan exaltaciones de la mantilla podrían organizar la exaltación de la mascarilla, que será igual de típica.

EN Cádiz hay fenómenos episódicos. ¿Se acuerdan de los asustaviejas? Hubo un tiempo en que todo el casco antiguo gaditano estaba plagado de unos fulanos que presuntamente se dedicaban a amenazar a las ancianas que pagaban rentas congeladas y simbólicas en sus casas destartaladas y ruinosas. Se trataba de expulsar a las viejas para derribar el edificio y construir pisos de lujo, o vender o alquilar esas mismas viviendas tras rehabilitarlas, preferentemente a cargo de la Junta de Andalucía de Manuel Chaves y del Ayuntamiento de Teófila Martínez. Era la temida especulación del suelo, que tenía como brazo ejecutor a los asustaviejas. ¡Lo que hubiera disfrutado Martín Vila como concejal en esos tiempos! Entonces apenas había pisos turísticos en Cádiz. ¿Para qué? Si los únicos turistas venían en cruceros.