SIEMPRE que anuncian nuevas medidas es para fastidiar a la gente. Mira lo que han montado ahora para las reuniones en las comidas de Navidad. Salvador Illa (ese señor que sigue siendo ministro de Sanidad, a pesar de los pesares) dio a conocer las nuevas medidas para las cenas y almuerzos de las fiestas navideñas, que básicamente pasan porque no se pueden reunir más de 10 personas (incluyendo niños) y nada más que de dos núcleos familiares que no convivan, además de que para desplazarse entre el 23 de diciembre y el 6 de enero desde otro municipio no perteneciente a la comunidad autónoma hay que demostrar que vas a reunirte con tu familia “o con allegados”, pero no se sabe cómo lo acreditas. Ni tampoco a quién se incluye en la categoría de allegado. Según el ministro, los de “una afectividad especial”. ¿Se incluye a los novios y las novias, los otros y las otras, los amigos y las amigas con derechos hasta dónde?

SOY de los pocos articulistas que no había escrito nada del fallecido Maradona. Algunos me lo han preguntado: ¿”Cómo usted, que es aficionado al fútbol, no ha publicado un elogio fúnebre de Diego Armando Maradona?”. Pues precisamente porque ha sido un personaje con aristas y contradicciones. Como futbolista era el mejor de su tiempo, aunque se le sobrevalora cuando afirman que fue “el mejor de todos los tiempos”. También se ha dicho de Pelé, Cruyff y Messi, que han sido los mejores de sus respectivos tiempos. Pero el Maradona futbolista era un personaje diferente fuera de los terrenos de juego. En muchos momentos fue esperpéntico e impresentable.

A propósito de Manuel de Falla, al que recordamos en esta semana coincidente con el aniversario de su fallecimiento (que se conmemoró el 23 de noviembre), es curioso rememorar sus relaciones con José María Pemán. En el Cádiz de la República, la Guerra Civil y la posguerra fueron dos grandes personajes culturales de la ciudad. Después Pemán ha sido linchado injustamente, por un revanchismo sectario y manipulador de la realidad. Así ha perdido el nombre del teatro que le fue dedicado en el Parque Genovés. En ese sentido, como recordé en el Palillero del miércoles pasado, Falla ha tenido más suerte. Gracias a su desapego político. Falla se autoexpulsó de aquella España cainita.

EL insigne músico Manuel de Falla Matheu nació en Cádiz el 23 de noviembre de 1876 y falleció en Alta Gracia (Argentina) el 14 de noviembre de 1946. Noviembre es el mes vinculado a su nacimiento y su defunción. En noviembre, precisamente, se celebra el festival de música que le dedicó la Junta de Andalucía. Casi nunca ha despertado el interés que se merece, y este año se ha visto perjudicado por el coronavirus, que también ha sido letal para los eventos culturales. En noviembre, es costumbre que en Cádiz se acuerden de Manuel de Falla, al que se olvida el resto del año, aunque le dedicaron otro festival municipal, y su nombre sigue presente en un teatro, que no le han quitado, gracias a que se autoexilió en Argentina. Aunque José María Pemán estaba deseando que volviera a Cádiz, y no paró hasta conseguirlo después de muerto Falla. Ambos reposan en la Catedral gaditana.

NOVIEMBRE es el mes de los difuntos y afrontamos una racha muy mala. Por el maldito coronavirus y por otras enfermedades. Porque la gente está fastidiada, en lo físico y en lo psíquico. El miércoles falleció Theo Vargas, que superó el coronavirus después de más de un mes en la UCI, y que había salido a los sones del pasodoble de Manolo Santander, con el que ya se habrá encontrado en el otro barrio, donde San Pedro le habrá abierto la puerta con una bufanda amarilla y azul, como la que le pusieron en los memes a Benedicto XVI, que por Roma sigue. La muerte de Theo ha sido prematura y muy triste, por las circunstancias generales y personales. Con él se va un tiempo del Cádiz, que no fue el mejor, sino el peor: los años del pozo más profundo.