AQUI la gente es muy criticona, eso ya lo sabemos. Aquí a la gente le dicen: “¡Que viene el tranvía de la Bahía!”, y es como si dijeran “¡Que viene el lobo!”. Un lobo manso, que no muerde. La gente no sabe que este tranvía está muy ensayado, más que una comparsa bien afinada. Según publicó Amaya Lanceta en el Diario, el tranvía había cubierto hasta marzo 165.000 kilómetros de pruebas, de los que 33.000 kilómetros los recorrieron por la vía del tren. Siguen las pruebas. Este tranvía hubiera podido recorrer toda Europa y llegar hasta la gran puñeta. Pero se han dedicado a lo práctico, a ensayar. Si falla, no podrán decir que está en rodaje, ni que se ha debido a la improvisación.

UN año más, Cádiz es una ciudad desbordada en agosto. Me refiero sobre todo al Cádiz histórico, a la ciudad de intramuros, que no está preparada para acoger el alto número de visitantes que llega en el tiempo de las vacaciones. Es un problema que ya se padecía, y que se ha agravado este año, hasta alcanzar unos límites intolerables, especialmente los viernes y sábados. Sin embargo, no es un problema puntual. Existen unas causas estructurales. En el casco antiguo de Cádiz faltan aparcamientos. No tantos en invierno, pero sí en el periodo de junio a octubre y fiestas, el de las vacas gordas para el turismo, la hostelería y el comercio.

LA explosión de 1947 en Cádiz castigó especialmente al barrio de San Severiano. Se ha recordado estos días, es historia. Sin embargo, cuando se cumplen los 75 años de aquella catástrofe, parece que hubieran sufrido otra explosión en esa zona singular de Cádiz, contigua a la de Bahía Blanca, que debería estar entre las más cuidadas de la ciudad. Viendo los terrenos baldíos de San Severiano, donde se iba a construir la Ciudad de la Justicia, la pregunta es: ¿hubo otra explosión y no nos hemos enterado? Una vez más se comprueba que el mayor problema de Cádiz no es la falta de terrenos, sino la falta de líderes.

LOS aires difíciles de Cádiz soplarán el domingo con un eco de Lunes Santo en agosto. Va a ser coronada canónicamente la Virgen de las Penas en la Catedral. La dolorosa viñera salió el miércoles, tras una misa en la calle de la Palma, para ir a Santo Domingo, la Casa de Acogida donde espera la Virgen del Rosario para las coronaciones gaditanas. Esta tarde, la Virgen de las Penas irá a la Catedral, tras recorrer el barrio de Santa María y hacer estación ante el Nazareno. Y el domingo regresará a La Viña, ya en su paso de palio, y recorrerá las calles gaditanas en una noche de verano, dejando estampas insólitas para el recuerdo. La coronación está plagada de singularidades. Tres procesiones con tres pasos diferentes. Y quedarán dos vírgenes coronadas: Palma y Penas. Gloria y Dolor. Dos caras de una sola Virgen, que es la Reina de La Viña.

UNO de los grandes monumentos de Cádiz es el oratorio de la Santa Cueva. Sin embargo, se debe añadir que la parroquia del Rosario, con la que forma un complejo religioso y artístico, es otra joya. Sus responsables actuales, los padres Óscar González y Rubén Virués, la mantienen estupendamente. Todo está muy cuidado e identificado. Recomiendo vivamente la visita. También a los gaditanos, que suelen ser los que peor conocen el Cádiz artístico. Se considera la Santa Cueva como una herencia que nos dejó el marqués de Valde-Íñigo, que hizo muchísimo más por Cádiz que algunos alcaldes, y no sólo el que ustedes piensan.