LA gente se fija en todos los detalles. Y después va largando. ¡Hay que ver las diferencias! Mientras la anterior alcaldesa, Teófila Martínez, estaba ayer en el debate de la moción de censura de pitiminí, sentada en su escaño de diputada del PP por la provincia de Cádiz, el actual alcalde, José María González, estaba en la tribuna de invitados de Podemos, viéndolas venir, aunque mucho no se vio. Es decir, se encontraba en el graderío; aunque no se comportó igual que los hooligans que sacan las pancartas en los plenos municipales y le hacen el coro a las intervenciones de la oposición. Sencillamente, había sido invitado como uno de los alcaldes del cambio.

MAÑANA, martes y 13, festividad de San Antonio, se cumplen los dos años. Fue cuando se montó el espectáculo en la gaditana plaza de San Juan de Dios, después de que el concejal más veterano, Pepe Blas Fernández, y la más joven, María Romay, le entregasen el poder, el bastón de mando, la deuda legítima y todo lo demás a ese compañero al que antes llamaban Kichi y ahora José María González. Excepto fuera de Cádiz, donde todos lo siguen conociendo como nuestro Kichi, aquel comparsista que perdimos, aquel alcalde del cambio que ganamos.

HAY que elogiar el mérito allí donde se encuentre. Esto lo decía mucho Luis María Anson, cuando era director de ABC, para justificar algunos elogios al PSOE de Felipe González, después de darle tropecientos varapalos. Pues lo mismo digo yo (que entonces estaba en ABC) de nuestro González, el alcalde de Cádiz. Hay que elogiarle algún mérito, pues no es fácil estar en ese puesto para ciertos temas gaditanos. Ya se vio con la medalla, que donde las dan las toman, y siempre hay alguien para protestar, incluso Albertito Garzón, que no piensa venir a la Magna Mariana. Un turista menos. Pues con el Balneario de la Palma pasa justo lo mismo.

HAN cambiado a medio Gobierno andaluz y la buena gente se ha quedado tan pancha y tan ancha. Total, han cambiado a quienes había que cambiar. Lo interesante es que ahora empieza el baile de máscaras. Apenas tomen posesión en las consejerías, podrían caer algunos delegados provinciales de la Junta. Con el consiguiente peligro en Cádiz. Pasa lo mismo que con los consejeros y consejeras: que los hay mejores y peores; y también los hay que no hacen ni la o con un canuto, ni son capaces de abrir la estación de autobuses, ni de poner en marcha el carril bici. Así que algunos tienen las barbas a remojar, y algunas puede que también.

A  la prima de Oviedo se le caen dos lagrimones, viendo la clasificación de la Liga 1/2/3. Resulta que dependen del Cádiz para disputar las eliminatorias de ascenso a Primera. Recuerda cuando ascendieron en el estadio Carranza, cuando vinieron con sus camisetas azulonas, y les dijeron “no pasarán” a más de 100 que tenían entradas. Después las relaciones de la prima de Oviedo con los primos del Cádiz se deterioraron. Los cadistas son raros, y tienen de presidente a un sevillano que es Vizcaíno. No son como los de Oviedo, que tienen capital mexicano, lo contrario de los antiguos indianos. Hubo algunas controversias, sí. Pero, a día de hoy, la prima de Oviedo es más hincha del Cádiz CF que Macarti si volviera. Pues necesitan que los nuestros ganen en Valladolid sí o sí. Pues si no es no, se quedarán en la Liga 1/2/3, sin mayores discusiones.