HOY es un lunes de Carnaval como le gusta a nuestro Ayuntamiento, sin necesidad de buscarle una fecha fija. Con un puente extraordinario, que incluye el día festivo de Andalucía, aquel 28-F reivindicativo, estratégicamente situado en martes para dedicarlo al cachondeo. En eso ha quedado la reivindicación. Este año existe una conjunción astral maravillosa. Fíjense que en el calendario de la Liga 1/2/3 al Cádiz le ha correspondido jugar fuera los dos fines de semana de Carnaval. Ayer una matinal en Soria, que dejó buen sabor de boca para escuchar a los coros. Y, el sábado próximo, en Oviedo. Todo eso sin necesidad de desajustar la Semana Santa de la luna llena. Además, se lo han puesto estupendo a los que se han ido para pasar el puente en Grazalema.

NADIE lo ha entendido, pero el Ayuntamiento de Cádiz, o el Patronato, o quien controle esto, se ha apuntado un tanto: han organizado una final del Carnaval para chinos. ¿Ustedes no se quejan de los horarios demenciales de los partidos de fútbol? Pues esto es igual. Era para que lo vieran los chinos. Yo lo entendí cuando mi hijo Pablo, que vive en China y trabaja en Shanghai (pero no se queja), empezó a guasapear enviando opiniones sobre la final. Se levantó a las seis de la mañana y la vio casi entera, con un horario de lo más cómodo. Cuando terminó esta final, en China eran las cuatro de la tarde y ya no tenían ganas de dormir la siesta.

LA presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, protagonizó ayer unas declaraciones en Canal Sur Radio, en las que vino a decir que este año “me están dando la del pulpo en el Carnaval de Cádiz”. Añadió que se lo toma con humor. Digo yo que ese pulpo no es para tomarlo como el de la ensaladilla del Lulu. El último pulpo famoso fue Paul, que pronosticaba los resultados del fútbol. Pero desde que palmó, no hay otro pulpo que no sea a la gallega, o en ensaladillas de pulpo, que rivalizan con las de gambas y las de atún, aunque esto es más propio de analizar por Pepe Monforte. Hasta que se ha descubierto que este año a Susana Díaz le están dando la del pulpo en el Carnaval. No es por casualidad, sino por lo mismo que se metían tanto con Teófila, y ya no, ¿para qué?

LA buena gente es malísima, en Cádiz peor todavía. Ya están bramando porque han colocado unas figuras del Dios Momo y la Bruja Piti en el balcón del Ayuntamiento. Insinúan que es una alegoría del cambio, que el Dios Momo representa al mismísimo Kichi, que de tal estaría disfrazado, visto que no puede cantar en la final como en otros tiempos. Y que la Bruja Piti es una simulación de Teófila Martínez, a la que no le han puesto los pelos rubios por disimularlo así. O para que no se interprete como algo personal, según se explicó con el agua de Loreto.

ES una retirada a tiempo. Es decir, a tiempo de convertirse en uno de los personajes míticos del Carnaval de Cádiz, sin insistir en el juego sucio de destrozarse los grupos unos a otros, como acostumbran las comparsas en los últimos años. A tiempo de quedarse fuera de las pequeñas miserias, como si una comparsa tiene dos o tres puntos más, o si este cuenta con más amigos en el jurado. Aparte de que Cádiz, con su ausencia, podrá valorar (con  Antonio Martín vivo y coleando) el hueco insustituible que se queda, que será el de la esencia de las comparsas, cuando eran reconocibles, sin buscarle los tres pies al gato que maúlla no se sabe por qué.