UN año más, cuando llega otro 8-M, las calles se llenarán de manifestantes feministas. Pues no sólo se llenan de cultos cuaresmales, ensayos de costaleros y carreras diversas con cortes de tráfico en la Palmera (desde la víspera) cuando juega el Betis. Los partidos políticos, aprovechando la oportunidad, buscan el voto femenino en general, y no sólo el voto morado feminista. Así han montado varias polémicas ficticias para la ocasión. Aparte de la fecha para votar las modificaciones de la ley del sí es sí, Pedro Sánchez ha anunciado un proyecto copiado de la UE para que las empresas tengan un 40% de mujeres en sus consejos. Y habrá castigo para los ricos que no lo cumplan, se van a enterar. Por lo demás, no se dice nada sobre si un jerifalte se podrá cambiar de sexo para seguir cobrando en un consejo de administración.

LA entrega de medallas de Andalucía y demás nombramientos, en el 28-F, cada año se parece más a una función principal laica. Siendo en el Teatro de la Maestranza, la intervención de David Bisbal también tenía un notable aspecto de pregón del día de Andalucía laico. A fin de cuentas, si te nombran pregonero, es como si te proclaman hijo predilecto: se considera un altísimo honor. Y una distinción a título póstumo, con motivo de una efeméride, como concedieron este año a Lola Flores, es una costumbre que también se ha practicado en las hermandades. Aunque es mejor cuando el cofrade está vivo y recibe la medalla de los 75 años, o los 50 años de hermano.

EL cartel de la Semana Santa de Sevilla de 2023 ha merecido casi unánimes elogios. Ha sido catalogado como un grandísimo cartel. No sólo por su tamaño (mide 2,62 x 1,92 metros), que obligará al Consejo a buscarle una ubicación adecuada, sino sobre todo por su calidad artística. Daniel Franca ha conseguido la cuadratura del círculo de la pintura cofradiera en el siglo XXI: pintar un cartel rotundamente contemporáneo y rotundamente anclado en las esencias de la Semana Santa. Como recordaba el pasado lunes Carlos Colón, en su artículo de Diario de Sevilla, ha tenido la osadía de pintar un paso de palio. Y en el momento de la levantá. Nada de rarezas. Sin utilizar el cartel como si fuera el escaparate de una tienda de artículos cofrades, ni incluir elementos discordantes, y sin nada ajeno al sentir religioso de la fiesta. Un paso de palio, luz en la noche. Ni más, ni menos. Y no uno cualquiera, sino el de la Virgen de la Estrella, la de su hermandad.

SIEMPRE que consiguen un gran evento internacional para Sevilla dicen lo mismo: “Es un acontecimiento que ven por televisión tropecientos millones de espectadores y que servirá para poner a Sevilla en el mundo”. Entonces la gente de bien pregunta: “¿No estaba Sevilla en el mundo desde que Magallanes y Elcano dieron la vuelta?”. Pues depende. Con los Grammy Latinos van a poner a Sevilla en el mundo, además de que va a generar un impacto de 300 millones de euros (a ver cómo se reparten, será como el Gordo, que unos se forran y otros no) y tendrá una audiencia potencial de 25 millones de espectadores en televisión. Los fans de Rosalía ya se están frotando las manos con estos Grammy sevillanos.

DECIR Amarguras de los naranjos, en Sevilla, nos suena a marcha de agrupación musical. Pero no se precipiten. Hoy es Miércoles de Ceniza, todavía no huele a azahar. Estamos en los días de las naranjas amargas caídas y espachurradas. Eso es menos poético. Pasados los fríos timoratos de enero y febrero, en la sorpresa de los primeros calores al recorrer las plazas umbrías, con la vira de sol dorado de marzo, que ya glosó Joaquín Romero Murube, pronto nos encontraremos con el ansiado florecer del azahar. Nos anticipará la ilusión del Domingo de Ramos, la primavera prematura que empieza a despuntar en los atardeceres tibios, hasta que el sol se oculta por los cielos cárdenos y violetas del Aljarafe. Pues en ese escenario, en la ciudad de Sevilla, hay unos 47.000 naranjos. Hoy, como digo, las naranjas yacen por los suelos, en otra alegoría triste de la vida que se nos convierte en ceniza.