EL pasado fin de semana se conmemoró en Rota el centenario de la Aviación Naval en España. Se celebró al modo de los centenarios: con una salida extraordinaria, en este caso de los aviones, como era lógico. El Rey Felipe VI había presidido el acto oficial, precisamente el viernes pasado, el día que también estuvo en San Fernando. Pero la salida extraordinaria de los aviones, en su centenario, se celebró el sábado en la playa de la Costilla, ante más de 20.000 personas, que acudieron al espectáculo. Entre los asistentes, había aficionados que viajaron desde otras ciudades andaluzas. Fue un gran éxito y salió en los telediarios nacionales.

EL Ayuntamiento de Cádiz parece gafado con los nuevos hoteles. Con casi todos los que quieren abrir en la ciudad, surge un conflicto. Empezamos con el boicot al del Tiempo Libre y seguimos con la intentona del estadio Carranza, dos clásicos de la misión imposible. Pero ahora se plantea un nuevo litigio, con el intento de permutarle a la empresa Zaragoza Urbana su proyecto de Valcárcel con el del Campo de las Balas. Ahí le reconozco la habilidad al concejal de Urbanismo, Martín Vila. Su operación es perfecta, por astuta y práctica. Aunque no lleva razón, yo se la daría, a ver si cuela. En este caso maquiavélico, el fin justifica los medios.

EL Rey Felipe VI presidió ayer actos militares celebrados en San Fernando y Rota. A la capital de la provincia no tuvo ninguna necesidad de acudir, ya que ha perdido casi toda la importancia militar que ejerció en otros tiempos. En el municipio isleño, el Rey presidió la inauguración del Laboratorio de la Hora del Real Instituto y Observatorio de la Armada, mientras que en la Base de Rota asistió a la conmemoración del centenario de la Aviación Naval. Por supuesto que ahora la base de Rota es el principal centro estratégico militar del sur de España. Y que San Fernando, a pesar de los pesares, ha sabido conservar mucho mejor que Cádiz la relevancia militar que históricamente ha tenido, sobre todo con la Armada.

CON la inauguración del Año Jubilar en la Catedral, presidida por el obispo Zornoza, ha comenzado la celebración del 750 aniversario de la diócesis de Cádiz. Tiene un gran significado para los católicos, porque iniciaba el florecimiento de la religión en la ciudad, después de la invasión musulmana y la reconquista del Alfonso X el Sabio. Pero creo que también se debería valorar otro aspecto vital para Cádiz: fue el inicio de su capitalidad. Entonces no existían provincias y el traslado para crear la nueva diócesis se hizo con la oposición de la Archidiócesis de Sevilla, que incluía a todos los territorios liberados de la Baja Andalucía.

SIGO con el Bestiario gaditano. Ya se sabe que vivimos en una ciudad amistosa con los animales, aunque todavía no hay una playa de perros, como en San Fernando. En Cádiz, los animalitos, poco a poco, van a lo suyo, ganando terreno. Mientras el gaditano y la gaditana de origen humano están en un proceso de extinción, el animalito y la animalita propagan sus especies, y se multiplican. Es el caso de las palomas. Cada vez hay más. Un día se publicó una foto sobre las quejas por los ruidos en la calle Manuel Rancés, y se veía la calzada llena de palomas. ¿Qué hacían allí? Como si tuvieran una tertulia sobre los palomares turísticos.