EN este país, desde mi más tierna infancia, he podido observar que los árbitros son considerados unos malvados. Lo realmente admirable es que todavía existan árbitros, y no se hayan extinguido como los dinosaurios. Incluso hay uno retirado, Antonio Mateu Lahoz, que después de quedar defenestrado por su arbitraje en el Argentina-Holanda del Mundial de Qatar, dijo que se podía presentar a presidente de la Federación Española de Fútbol, si no había otro mejor. Hubiera sido un curioso sucesor de Luis Rubiales. Con eso vemos que los árbitros no tienen conciencia de las tropelías que cometen. El Cádiz está que trina con los últimos arbitrajes que ha sufrido. Y eso es temible, porque cada vez que trinan y los ponen a parir, aumenta la tragedia.

TODOS los años, cuando inauguran la iluminación navideña, se especula con la evolución del comercio en Cádiz. La capital fue una ciudad comercial, pero ha ido a menos, ya que los principales centros comerciales del entorno de la Bahía están en Jerez de la Frontera y San Fernando. En Cádiz, no existe ningún gran centro comercial al estilo de Bahía Sur, que funciona como tal para la capital. Y fracasó la intención inicial de arropar al CC Bahía de Cádiz, de El Corte Inglés, con un entorno adecuado en el barrio de Astilleros, donde Inditex instaló tiendas y donde primero inició su espantá de Cádiz. Ahora el comercio gaditano, como la ciudad, se divide entre el centro histórico y los extramuros. El Corte Inglés se quedó junto al puente nuevo, como una isla, que funciona por sí misma.

AL llegar el 6 de diciembre, vemos una España tan dividida en dos (o incluso en tres, o en cuatro), que nos sorprende recordar algo que nos une. La Constitución nos unió. Y al llegar su día de conmemoración, los partidos la invocan, hasta los que la incumplen. O los que cumplen sólo lo que les gusta. Se sabe que España es “devota de Frascuelo y de María”, según escribió Antonio Machado. Un sector del pueblo llegó hasta Antonio Machado a través de las coplas de Joan Manuel Serrat, y no saben si lo ha leído o lo han escuchado, como les pasó a Sánchez y a Feijóo cuando se enfrascaron en un debate machadiano para la investidura. España es tierra de María. Y a la Constitución se le profesa devoción, como si fuera el Evangelio de la democracia.

EN esta ciudad y en esta provincia los problemas de infraestructuras y obras públicas son eternos. Hay varios clásicos. Uno de los más recurrentes es la alta velocidad ferroviaria. Al llegar el AVE a Asturias, vuelve a la actualidad el AVE de Cádiz, que no existe, aunque el Ministerio de Transportes lo incluya en el mapa ferroviario por la cara. Tanto el PSOE como el PP han capeado el asunto como han podido. Teófila Martínez advirtió, en tiempos de Rajoy, que a Cádiz llegaría la “velocidad alta”, que resultó no ser lo mismo que la “alta velocidad”. Antes, Manuel Chaves, siendo presidente de la Junta, afirmó en un Foro Joly, celebrado en el Palacio de Congresos en 2008, que el AVE a Cádiz sería inaugurado en breve por el presidente Zapatero. Y, entre el general jolgorio, dijo que tardaría tres horas y once minutos desde Cádiz a Madrid.

DESDE los tiempos de Manuel Irigoyen, el Cádiz CF es un club con mucha literatura. Con abundantes cuentos, en especial. Con bastante poesía, en según qué momentos. Y con una narrativa que sitúa al Cádiz muy por encima de lo conseguido con sus resultados deportivos. Por ejemplo, jamás ha disputado una competición europea, pero es uno de los clubes españoles que entró en el top 10 de la venta de camisetas. Ahora su literatura se engrandece con un nuevo libro, Eso no estaba en mi libro del Cádiz CF, del que es autor Pedro M. Espinosa, periodista de Diario de Cádiz, y que ha sido publicado por Almuzara, la editorial presidida por el escritor y ex ministro Manuel Pimentel.