HA sido admirable, y muy elogiado, que el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos haya dado luz verde para que la base de Rota sea reforzada. Tendrá seis destructores, y formarán la flota más poderosa acogida en dicha base. Pedro Sánchez lo aprobó, tras consultarlo consigo mismo, aunque sus socios unidos y podemitas amenazan con votar en contra. Siempre le quedará el PP para aprobarlo, ese partido que es un estorbo, según Pedro. La facción revolucionaria de Unidas Podemos está contra los yanquis, pero la ministra Irene Montero y sus colegas de pandilla viajan a Nueva York como si fueran Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Con la diferencia de que viajan gratis y cobran a fin de mes unos emolumentos suculentos, como corresponde al momento.

LA Diputación Provincial de Cádiz cambia de presidente. El socialista Juan Carlos Ruiz Boix sustituye hoy a Irene García, que consiguió un escaño para el Parlamento de Andalucía por la provincia de Cádiz. Ser presidenta de la Diputación y parlamentaria andaluza es incompatible. Detrás de este relevo hay mucha enjundia política sobre la representación del PSOE en la provincia, el reciente descalabro electoral, la labor de Irene después de ser una de las susanistas más susanistas del susanismo, casi más susanista que la mismísima Susana, pero en versión del Bajo Gualdaquivir sanluqueño. Ruiz Boix, que es alcalde de San Roque, sólo necesita el apoyo de su partido y de los independentistas de La Línea, con los que gobiernan. Al fin y al cabo son vecinos.

EN Cádiz hay muy pocas personas con la sensibilidad, el amor y la entrega a su ciudad que demuestra José Ramón Pérez Díaz-Alersi. Podría estar ya retirado, pero no es ese su estilo: sigue activo y en plena forma. Esta tarde intervendrá en la Fundación Cajasol (antigua Casa Pemán) con una conferencia sobre un libro que ha publicado, titulado Aventuras y desventuras de don Ramón, que es una semblanza de su abuelo, Ramón Díaz-Alersi, pero es mucho más. Ha escrito la biografía de uno de los últimos de Filipinas cuando aún era española, y un testimonio excepcional sobre el Cádiz que perdimos, la evolución de la ciudad burguesa, los antiguos chalés, los pioneros beduinos... Porque Moncho es muy gaditano, pero también muy beduino, de aquella zona de Vistahermosa y La Laguna que pasó al recuerdo.

DESPUÉS de los resultados del pasado 19-J en Cádiz capital, la pregunta del millón es esa: ¿es posible un cambio en Cádiz? No hace falta consultar la bola del pitoniso Pito para dar la respuesta. Señoras y señores: es posible. Pero no es seguro. Y no se debe vender la piel del oso Kichi antes de cazarlo (políticamente hablando, por supuesto, en lo personal hay que desearle siempre lo mejor), por lo que se debe calmar el optimismo que se empieza a palpar en determinados ámbitos de la ciudad. Los resultados de unas elecciones andaluzas no se pueden extrapolar tal cual a las municipales. Influyen mucho los candidatos. A favor o en contra. El extrapolador que extrapole sin cocinar y sin poner la lavadora como Teresa Rodríguez en la jornada de reflexión, mal extrapolador será.

A la hora de votar, la provincia de Cádiz es la más rara de Andalucía. Presenta singularidades, como mayor fragmentación y pluralidad en el voto. En estas elecciones andaluzas, el Juanmazo que ha conseguido el PP ha tenido un sobresaliente impacto en la provincia de Cádiz. Ha sido, por cierto, la provincia andaluza que ha registrado menos participación (53,08%). Aunque en 2018 votaron menos todavía (52,11%). La baja participación electoral no es nueva y no puede minimizar el éxito de un partido que ha ganado en 40 de los 45 municipios. Junto a Juanma Moreno, en la provincia han sido artífices destacados de ese éxito Ana Mestre y Bruno García, que encabezaban la lista y salen reforzados. Era la única lista andaluza del PP en la que no incluyeron a un consejero como número uno.