EL espectáculo de Ricky Martin en el puerto de Cádiz puso el colofón al verano, le dio la extremaunción al mes de agosto (ya nada será igual), y demostró que no es lo mismo programar un cantante famoso que otro de medio pelo. Ricky Martin abarrotó todos los aparcamientos del casco antiguo de Cádiz en la noche del viernes. Lleno en Canalejas, en San Antonio, en el Campo del Sur, en el Tenis, en Valcárcel, en el Campo de las Balas y dos o tres plazas libres que quedaban en Santa Bárbara. Si hubiera existido el aparcamiento de la plaza de Sevilla, seguro que se llena. Ricky debería ser nombrado presidente de honor de Emasa. No se recuerda nada igual desde el domingo de Carnaval.

POR fin en Bruselas se han interesado por los problemas auténticos de los ciudadanos. Juncker, en nombre de la Comisión Europea, confirmó ayer que no tendremos horario de verano y de invierno. El Parlamento Europeo debe pronunciarse, después de los resultados de una macroencuesta online como está mandado (no como la de las barbacoas), en la que han participado 4,6 millones de personas, resultando que el 80% de los participantes prefieren el mismo horario durante todo el año. Nada de cambios. En España, más del 90% no quiere el cambio de la hora. Ya, de paso, les podrían haber preguntado si querían el cambio de Pedro Sánchez.

SE suele decir en las tertulias que “el nacionalismo se cura viajando”. No está comprobado. Fíjense si ha viajado Puigdemont, que ha ido de Bélgica a Finlandia, pasando por Alemania para volver a Bélgica, y sigue igual de majarón. Ese tópico es una adaptación de otra reflexión de Pío Baroja: “El carlismo se cura leyendo y el nacionalismo viajando”. Posteriormente, lo del nacionalismo también se atribuyó a Miguel de Unamuno, no sé si por darle más hondura de pensamiento. En teoría, viajar sirve para conocer nuevas culturas y nuevas ideas. Pero en Cádiz viajar no sirve para nada, como lo demuestra que la concejala María Romay fue a Moscú y volvió hablando de la promoción del Carnaval “en el continente asiático”.

HE esperado algunos días, para ver si algún partido pide la dimisión de María Romay como concejala de Fiestas de Cádiz. Por curiosidad, más que nada. Si ahora parece obligatorio que los políticos tengan un máster, sería de sentido común que antes de ser elegidos superasen una selectividad previa. Del tipo: “¿En qué continente está Moscú?”. Y si responde “Asiático”, ya se sabe que no da el nivel. Pues podría ocurrir que viaje por razones de su cargo, y ni siquiera sepa dónde está dando una conferencia. Y, además, que promocionar el Carnaval es importantísimo, sobre todo si lo difundes en Moscú, donde no saben cantar Los duros antiguos.

HAN causado sensación las fotos y los videos de los altos cargos del PP andaluz, así como sus líderes provinciales de Sevilla y Cádiz, para pedir la supresión ya (pero que ya mismo) del peaje de la autopista AP-4 entre Sevilla y Cádiz. Estaban Juamna Moreno, Javier Arenas, Antonio Sanz, Virginia Pérez y Teófila Martínez, entre otros y otras. Uno de los motivos por los que el PP y el PSOE se han cargado el bipartidismo es porque a veces tratan al electorado como si fueran bobos y bobas. Además de practicar el populismo, mientras critican el cutrerío de los populistas. Lo mismo pasa con la corrupción: la critican en los otros, pero no la ven en los suyos, y los disculpan hasta que ya no se puede. Si trataran a las personas como seres racionales, quizá les hubiera ido mejor.  O algún día podrían ensayar una gran coalición como en Alemania, donde los electores y los políticos son alemanes.