EN las últimas semanas se ha hablado mucho de Franco, que hace ya más de 50 años que murió. En los tiempos de Franco, los franquistas gaditanos solían decir (en…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
EN Sevilla, Andalucía, España y la Humanidad ha sido noticia la restauración de la Esperanza Macarena. Rehacer muy bien lo que se hizo muy mal. Pero no es sólo que vuelve, en las debidas condiciones, una imagen de devoción universal. Se ha recuperado la antigua Esperanza en el Año de…
LA Constitución ya ha cumplido 47 años. La Constitución, hasta fechas recientes, era joven, no sólo lo parecía, pero ya ha llegado a una edad en la que debe cuidarse para prevenir antes que curar. Es decir, una edad en la que es adulta y madura, en la que aporta…

HOY comienza el cónclave para la elección del nuevo Papa. Donald Trump no está entre los candidatos, aunque le gustaría. Ha dado la vuelta al mundo ese montaje en el que aparece disfrazado de papa, que realizó con ayuda de la inteligencia artificial. De inmediato se formó bastante revuelo, aunque no tanto como si se hubiera disfrazado de ayatolá iraní, en cuyo caso se hubiera considerado una ofensa intolerable. El mismo Trump dijo que era una broma. Y como tal se la ha tomado casi todo el mundo. Aunque la Conferencia Episcopal de EEUU indicó que era una falta de respeto. En este caso, lo que se debe añadir es que Donald Trump ha tenido una mentalidad carnavalesca. Pues lo que hizo es propio de un cuarteto. Lo único que le faltaba a Trump era imitar al Libi, pero de todo se aprende.
NO es costumbre que los papas acudan a Sevilla en Semana Santa, ni mucho menos a la Feria. A lo más que se ha llegado es a cantarle sevillanas a Juan Pablo II, aquellas del Adiós, de Los Amigos de Gines, con el “no te vayas todavía”. Desde que se fue, no ha vuelto ningún Papa a Sevilla. Francisco no acudió, es una historia ya sabida. Prefirió viajar a Mongolia, lo que aprovechó Javier Cercas para escribir un libro religioso de un ateo, El loco de Dios en el fin del mundo, que estos días se ha convertido en un best-seller. En Mongolia apenas hay 1.500 católicos, que son menos de la mitad de los nazarenos de la Macarena. Y está más lejos que El Cerro del Águila. En Mongolia no tendrían problemas de masificación con los nazarenos. Pero el Papa fue allí y no aquí.
VIVIMOS en una sociedad que intenta anticiparse a los acontecimientos. Es normal que exista curiosidad, pero todo tiene sus tiempos y sus circunstancias. Faltan tres días para que comience el cónclave en el que será elegido el nuevo Papa y estamos en el periodo de los pronósticos. Sin embargo, ya se ha explicado que los comportamientos de la Iglesia católica (y no digamos de los cardenales) no se ajustan a las mismas costumbres de la vida política. No basta sólo con dividir el mundo (con simpleza y sectarismo) entre progresistas y conservadores. El catolicismo es más complejo. Y eso se aprecia y se confirma recordando lo ocurrido en los dos últimos cónclaves.
TODAVÍA se está hablando del Gran Apagón del lunes pasado. Y hay cuestiones que no se han aclarado y que dejaron perplejas a muchas personas en la provincia de Cádiz. Por ejemplo, las diferencias a la hora de recibir la electricidad, con varias horas de tardanza según los municipios. Incluso en la Bahía de Cádiz resultó extraño el horario tan anómalo. ¿Respondió a criterios técnicos y estratégicos, o se debió al azar, o incluso a la calidad de las infraestructuras? Lo cierto es que, entre Jerez y Puerto Real, las que salieron mejor paradas, y San Fernando, la peor parada, hubo más de 10 horas de diferencia, lo que resulta raro.
Y se busca que el culpable del apagón no sea el Gobierno, ni mucho menos su presidente. Pedro Sánchez primero negó que el apagón hubiera sido causado por un ciberataque, pero después dijo que no descarta ninguna posibilidad, incluida esa. Al principio, lo del ciberataque le debió sonar a vulnerabilidad de España. Pero después le han debido explicar que, si no era por el ciberataque, habrá sido por un fallo en la gestión del sistema eléctrico español. Y que, si es por el uso excesivo de la energía fotovoltaica, y porque es menos fiable que la nuclear para garantizar el suministro, entonces la responsabilidad sería de las políticas energéticas del Gobierno. Y quedaría como culpable político del apagón.