SE veía venir. Era previsible. El sorteo del Gordo de Navidad ha sido como el de la Champions League. Yo no digo que pongan bolitas calientes y frías, para montarlo mejor. Pero da la tremenda casualidad de que sale lo que conviene. ¿Cuál es el equipo más flojito? Pues ese le toca casualmente al Real Madrid. Y, en el sorteo del Gordo, ha pasado lo mismo en el Teatro Real de Madrid. El segundo premio estuvo muy repartido, para un montón de provincias, incluso para Cádiz. Pero el Gordo, con todo el morterón de los millones, enterito para ellos. Para Madrid, la capital de la potra. Así les han tocado más de 600 millones de euros.

TODOS los años, por estas fechas, tenemos la misma polémica. Cádiz pierde habitantes. Cádiz está en peligro. El gaditano y la gaditana son especies en extinción. Según los datos del INE, en Cádiz quedan 118.919 habitantes, después de que se hayan perdido 1.549 en un año. Ha sido adelantada por Algeciras, que cuenta con 120.601 habitantes, mientras que Jerez, con 212.830, podría tener el doble que Cádiz, si esto no se arregla. ¿La clave está en unir el Área Metropolitana de la Bahía, como también se suele decir? Políticamente, se sabe que es imposible. Además, otros municipios de la Bahía ya no crecen, sino que pierden, aunque menos: unos 200 han disminuido en San Fernando y El Puerto, y unos 130 menos hay en Chiclana.

CÁDIZ es diferente. Más allá de Río Arillo y Río San Pedro, Cádiz a veces sirve de cachondeo, por sus cosas peculiares. Por ejemplo, la polémica de las ninfas. Con todos los problemas que hay en la ciudad (ante los que la buena gente se ha callado de forma vergonzosa), es pintoresco que monten una plataforma progresista para recoger firmas pidiendo la supresión de las ninfas. Y que el equipo de gobierno de Unidos y Podemos se muestre “receptivo” a debatirlo en Pleno, cuando entre los firmantes hay incluso familia de la concejala de Fiestas, María Romay. Como en Cádiz se conoce todo el mundo, se puede añadir que el 80% (o más) de los y las firmantes son militantes, simpatizantes o votantes de Izquierda Unida o Podemos.

REFORMAR los horarios es más difícil que reformar la Constitución. Por eso, ha sido demasiado ingenua la ministra Fátima Báñez, cuando dijo que la jornada laboral iba a terminar a las seis de la tarde para que las familias pudieran conciliar, o algo parecido. Al día siguiente, casi todos los periódicos abrieron con eso, igual que los telediarios y los informativos de radio. Así está el país y el mundo, como si no hubiera nada mejor. Después, cuando se han puesto a pensar, se han dado cuenta de algo que estaba claro desde el principio: era una pamplina.

SOY mal pensado, yo mismo lo reconozco, por eso tengo un alto porcentaje de acierto en los pronósticos, modestia aparte. Para cantante o astronauta soy muy malo (ya quisiera yo cantar como el alcalde), pero para consultor soy muy bueno. Por ejemplo, si el alcalde atendiera mis consejos no se metería en tantos charcos sin necesidad. Otrosí le digo a otros y otras. Pero no se trata de justificar habilidades, ni apuntar defectos, apelando al tradicional refrán de “piensa mal y acertarás”, sino que hay algo que me tiene muy preocupado. En Cádiz se valora como un éxito de la innovación a los robots de los astilleros de Navantia. Pues yo digo que ya verán como estos robots van a servir, principalmente, para fastidiar a las criaturitas.