CUANDO pase el tiempo, cuando la pandemia del coronavirus sea un mal recuerdo para las actuales generaciones, habrá que valorar con perspectiva lo que está ocurriendo. Es seguro que entonces la gente se horrorizará, todavía más, por las negligencias y torpezas cometidas. Entre ellas, una de las más intolerables es haber mandado al personal sanitario a luchar contra la pandemia en unas condiciones indignas, que recuerdan a los romanos cuando echaban cristianos a los leones. A ellos los han empujado al martirio del coronavirus. El caso de las mascarillas fake que entregaron a los médicos y enfermeros, y que ha producido contagios en los hospitales de Cádiz y Jerez, no se puede despachar como una equivocación, sino que deben depurar las responsabilidades.

LA rectificación del Gobierno para que los niños puedan salir a pasear ha provocado un cachondeo general. Es un ejemplo más de que el problema no es de izquierdas ni de derechas, sino de ser eficaces o inútiles, como Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Con el terrible problema añadido que ser inútiles cuesta vidas y ruina. En la rectificación de los niños, este Gobierno consiguió aglutinar en contra a todo el arco iris político: desde Vox a los Anticapitalistas. Incluso algunos socialistas horrorizados tuitearon en contra de la medida que anunció María Jesús Montero, cuyo papelón como portavoz está siendo inolvidable. Ya supera a Isabel Celáa, lo que parecía imposible.

UNO de los aspectos más turbios de esta crisis del coronavirus es el Mando Único. Si lo hubiera decretado Mariano Rajoy dirían que es un golpe de Estado. Pero como lo hacen Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, no pasa nada, porque tienen bula, y colegas que les siguen el rollo autoritario. Personas que han leído libros, dicen que lo del Mando Único y el Ministerio de la Verdad les recuerda a 1984, de George Orwell, aunque no es lo mismo. De ese autor, a los que no lo hayan leído, les recomiendo Rebelión en la granja, de la que se habla menos, por motivos obvios. Y los que no hayan leído nada, no se crean que este Orwell era un facha, sino que fue anticolonialista, socialista y participó en la Guerra Civil española con los republicanos, de donde salió asqueado de los dos totalitarismos: el de los fascistas y el de los soviéticos.

LA crisis del coronavirus viene de una pandemia global, como se encarga de recordar Pedro Sánchez para encubrir sus torpezas en la gestión, pero tiene consecuencias locales diferentes, según los territorios. Ya se ha explicado para la desescalada del confinamiento, que no debería ser igual en Andalucía que en Madrid, ni afecta igual al medio rural que al urbano. Tampoco afecta igual a todas las ciudades, ni a todos los municipios, grandes o pequeños. Por ello, los ayuntamientos son parte del problema y de la solución. Hay que tener en cuenta las necesidades de cada lugar. Y ahí es donde se intuye un gravísimo peligro para Cádiz y para otros municipios de la provincia.

EN estos momentos, es imposible saber hasta cuándo durará el confinamiento en Cádiz. Pedro Sánchez ya ha pedido prolongar el estado de alarma hasta el 9 de mayo. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, por fin le ha reclamado que en Andalucía se suavice antes que en otras comunidades con más muertos. A partir del día 27, van a tratar a los niños igual que a los perros a la hora de pasear. Sin embargo, parece que no permitirán algunas medidas de relajación que ya existen en los demás países de la Europa confinada, como correr y caminar durante algunas horas del día. Sería como si vamos al supermercado, pero sin bolsas, y con cierto espíritu deportivo, sin llegar a lo Kipchoge. Mientras, siguen publicando estudios que alertan de que Cádiz no está tan mal como para acentuar el sadomasoquismo. Y, además, tenemos sol y playas.