UNA vez más, comprobamos que la política española imita al Carnaval de Cádiz. La gente de por ahí (los que consiguen las entradas por Internet, sin disfrutar una cola de categoría y con sus broncas) está confundida. La gente cree que Vera Luque, pongo por caso, hace una chirigota con los ministros de Rajoy para criticarlos y burlarse de ellos y ellas. Pero es al revés: Rajoy montó un Gobierno, con esos ministros, para que Vera hiciera una chirigota. La gente está esperando, para el año que viene si Dios quiere, que un autor afamado saque otra chirigota con el nuevo Gobierno. Pues no se ha conocido ninguno (ni de derecha, ni de centro, ni de izquierda) que no sea achirigotado y chirigotable. Pero la gente se puede quedar esperando. Pedro Sánchez ha conseguido algo mejor, un pelotazo: el cuarteto ‘El vicepresidente llorón y tres vicepresidentas del montón”. O sea, el cuarteto vicepresidencial.

EN este país, donde el futbol es un reflejo de la sociedad (“mi religión”, dicen algunos), y va de la mano de la política, lo ocurrido en la final de la Supercopa de España es muy significativo. Primero que se disputara en Arabia Saudí, por motivos comerciales, aunque no hubo ningún llenazo en el estadio, excepto cuando abrieron las puertas. Por un puñado de euros se vende cualquier cosa. También chirría la hipocresía de quienes criticaron a la Federación, por llevarse los partidos a un país donde marginan a las mujeres, como si no lo estuvieran en el Irán de sus amigos, los ayatolás, donde por cierto han derribado un avión civil con 176 pasajeros, sin que se haya aclarado el episodio. Pero vayamos a lo nuestro de hoy, que es la bochornosa concesión del premio de MVP (o mejor jugador del partido) a Fede Valverde, que fue expulsado con roja directa.

LA gente está viviendo la proclamación del Gobierno como si fuera el Gordo de Navidad. Pedro y Pablo los van anunciando poco a poco, y así tiene más emoción. Cádiz está entre las provincias afortunadas. Nos han tocado ¡dos ministerios y una secretaría de Estado! Bueno, les han tocado, para ser más exactos: a dos del PSOE y a una de Podemos. Y los casos no son iguales. En la gran lista que presentó el PSOE por la provincia de Cádiz ha resultado que el número 1, Fernando Grande-Marlaska, sigue como ministro de Interior, mientras que el número 3, Juan Carlos Campo, lo será de Justicia. Y Noelia Vera, la única diputada de Unidas Podemos (ya que el segundo escaño lo perdieron y se lo quedó Vox) será secretaria de Estado de Igualdad. No se puede ganar más con menos.

LA oposición municipal de Cádiz parece que la ha montado Kichi con algunos fontaneros de Unidas Podemos. Ni a idea le saldría mejor. Decían en la izquierda gaditana que la oposición de los socialistas a Teófila Martínez era de risa, porque tiraban la toalla al ring antes de empezar los combates, y las criaturas iban a los plenos como los mártires al circo de Roma. María de la O, Rafael, Marta… Pasaron por el suplicio, mientras otros compas ejercían el papel de alcaldables de salón. La gente decía: “¡Qué buen alcalde sería Rafael!”, o el que sea, pero se veía más raro que un astronauta de ministro. Después llegó Fran, que también fue inmolado en los tiempos de Kichi. Ahora lo del PP y Ciudadanos es realmente inaudito.

ESTE año la Cabalgata de los Reyes Magos de Cádiz pasó sin polémica. Es una tradición gaditana despotricar de esa Cabalgata. Puede que esta vez hayan influido algunos factores anexos. Por ejemplo, la coincidencia con la investidura de Pedro Sánchez, que montó una votación el 5 de enero, porque tenía unas prisas espantosas y España no podía estar sin Gobierno tanto tiempo, y cuando sale elegido se toma una semana de descanso para nombrar a los ministros. Otro flojo, que diría Juancho. Y también hay que tener en cuenta la mediática presencia, entre la monarquía mágica, de Alejandro Sanz y la Niña Pastori, así como Antonio Martín, un rey mago con Medalla de Andalucía. El caso es que la cabalgata ha tenido poca literatura, así que vamos a contribuir un poco.