CUANDO hay un cambio de Gobierno surgen expectativas. Una de ellas es el nuevo hospital que necesita Cádiz. Juanma Moreno el del PP y Juan Marín el de Ciudadanos triunfarían si fueran capaces de construir el centro de referencia que prometió la Junta de Andalucía en tiempos de Manuel Chaves como presidente. Ni Chaves, ni Griñán, ni Susana Díaz fueron capaces de iniciar las obras en el solar de Puntales. Allí han buscado alternativas chungas como aparcamientos, circos y espectáculos para niños y para adultos. Pero, en general, la mejor actividad de los últimos años es el cultivo de jaramagos. En unos terrenos donde estuvo la antigua factoría de Construcciones Aeronáuticas, que fue desmantelada cuando la empresa se trasladó al Airbus de Puerto Real.

PARA nombrar hijos adoptivos también hay que tener arte y salero, y saber a quién se escoge en el mundo entero. El Ayuntamiento va a proponer, no sólo a Adela de Moral y a Pedro Hidalgo como hijos predilectos de Cádiz, sino además a Isidoro Cárdeno, Hugo Alberto Vaca y Alejandro Sanz como hijos adoptivos. Cada uno tiene sus motivos merecidos. Aunque resulta de lo más pintoresco colocar en el mismo lote a Isidoro el de Cumbres Mayores y a Hugo el del Submarino Amarillo, que se lo curran en Cádiz a diario, con Alejandro Sanz, que vive en Miami mayormente. Supongo que este detalle lo conocerá el alcalde, José María González.

LA ciudad de Cádiz tiene problemas muy importantes. Pongamos por caso, el número de sesiones preliminares del Carnaval. Finalmente, se han reducido a 20 funciones, haciendo un gran esfuerzo para no torturar a la ciudadanía. Hasta el alcalde, José María González, intervino en la polémica y reconoció que las pretensiones de organizar 24 sesiones eran excesivas. ¡Ea, cuatro menos, ya está arreglado! El sábado hicieron el sorteo, que es muy festejado en esta ciudad, pues permite orientaciones sobre las ofertas de reventas. Al coro de Paco Martínez Mora, ‘El tango se escribe con tiza’, le corresponde el honor  de abrir el concurso. Hasta el 26 de enero no se hablará de otra cosa. Y hasta el Domingo de Ramos, día 14 de abril, tampoco.

SER político en Cádiz es como ser profesor de Matemáticas: se pasan la vida haciendo cuentas. Casi nunca cuadran, que es lo peor. Después de las elecciones andaluzas, en todos los partidos están calculando. De modo que dentro de seis meses vamos a tener unas elecciones municipales, que a día de hoy son imprevisibles, pero que darán mucho que hablar. Vuelvo a decir que el margen de sorpresas es muy amplio y que el efecto Kichi puede ser para bien o para mal. Ahora los de Ganar han elegido a sus dos concejales,  Martín Vila y Eva Tubío, para que repitan en cabeza de la lista. ¿Será unificada con Podemos?  Esas cuentas de la lechera comenzaron en 2015, y aún siguen.

ME gusta ese nombre, ‘Los técnicos acojonaos’. Es ideal para una chirigota. ¡Anda que no le podía sacar la puntita a eso el Selu, si se lo propusiera! A nuestro alcalde de Cádiz, José María González, le sale el carisma carnavalero hasta sin querer; es que lleva a Kichi dentro, como si lo hubieran parido. Y así, tiene salidas para todo. Le preguntan por el alumbrado navideño de Cádiz, que está otro año en el camino de ser pueblerino, para no variar, y dice que no habían iluminado todavía algunas calles porque los técnicos están “acojonados”. La judicialización tiene la culpa. Tanto denunciar por denunciar, tanto ir a los tribunales... Van a confundir a los jueces con los jurados del Gran Teatro Falla. Ya sólo falta llevarlo a don Cicuta.