POR fin, en plena campaña electoral, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Cádiz han firmado el acuerdo para las dos últimas fases de viviendas del Cerro del Moro. En las décadas de los 70 y los 80 del siglo pasado, estaba considerado como el barrio más marginal de Cádiz. Ahí empezaron las gestiones para rehabilitar unos edificios degradados y en pésimas condiciones, a la vez que se empezó a extender su leyenda negra. Decían que el Cerro del Moro era un nido de drogadictos y un barrio inseguro. Una exageración injustísima. Ni siquiera en sus peores tiempos ha sido un gueto comparable con algunos barrios conflicitivos de Sevilla; ni tampoco como otros barrios marginales de Jerez o El Puerto.

LO han conseguido. El Carnaval de Cádiz ya tiene su Cuaresma profana: 40 días de concurso en el Gran Teatro Falla. Es lo nunca visto. Los autores están como siempre, indignados por ese concurso del que todos despotrican, antes de pasar por el aro. Si nos fijamos en las opiniones de los autores que se han publicado en el Diario, cada uno dice una cosa, por lo que es imposible que todos queden satisfechos, ni exista unanimidad. El concurso de 2019 será una pasada. Soportar 24 funciones de preliminares es como un martirio chino. Si tu niño o tu niña se porta mal, llévalo al Falla y que se lo trague todo, de principio a fin. Se convertirá en otra persona, puede que incluso muerda, como dicen los buenos entrenadores.

EL tranvía de la Bahía es otro de los grandes petardazos de la Junta de Andalucía en la provincia de Cádiz. Un comecocos, como el Gran Hospital de Puntales y la Ciudad de la Justicia. Ni la sanidad, ni la justicia, ni el transporte han mejorado sensiblemente en la provincia con la actuación de la Junta desde los tiempos de Chaves y Griñán. Es la herencia recibida por Susana Díaz. Puede que hayan tenido mala suerte, con la crisis y los recortes de inversión por medio. No obstante, es un caso llamativo de incompetencia y marginación, si se compara con otras provincias. Ahora, en las vísperas de las elecciones, el tranvía vuelve a aparecer en el panorama. Como si fuera un fantasma.

HA causado sensación que la concejala Ana Camelo, de Podemos, se uniera ayer a la manifestación de limpiadoras municipales que pedían la equiparación con las limpiadoras de colegios. Ha causado sensación porque las limpiadoras manifestantes portaban carteles del tipo “Lo prometiste hace tres años. Kichi cumple”. Es decir, que la señora Camelo, siendo miembro del equipo de Gobierno, se manifestó contra el alcalde que preside su equipo de Gobierno. Se supone que por solidaridad con sus compañeras de profesión. Sin embargo, esto no debería extrañar a nadie. Lo raro es que Kichi no se haya manifestado ya contra Kichi. Porque, como dicen las limpiadoras y asume su concejala, no ha cumplido casi nada de lo que dijo cuando fue elegido alcalde.

EN la ciudad de Cádiz, siendo el día que sea, es costumbre que entreguen los premios y las medallas a quienes nos sale de los corazones. Por eso, le concedieron la Medalla de la Ciudad a la Virgen del Rosario, previa recogida de firmas. Por eso, ahora están pidiendo la Medalla de Andalucía para Antonio Martín, previa recogida de firmas. Una medalla que es justa y necesaria. Hasta ahora el único carnavalero que la tiene es Enrique Villegas. Muy merecido por supuesto. Se consideró un acontecimiento. Por fin el Carnaval salía de las catacumbas, donde permanecía como si hubiera que ocultarlo. Y era oportuno que la recibiera don Enrique, por su trayectoria indiscutible.