LAS chapucerías del callejero en Cádiz no han empezado ahora, sino que vienen de siglos pasados. La lista de los 40 principales que no tienen calle está encabezada por Alfonso…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de…
SUCEDIÓ el día después de la entrega del premio Cervantes. Aquel acto fue presidido por los Reyes, don Felipe y doña Letizia, flanqueados por Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso, que no estaban acompañados por sus parejas. El premio fue recibido por Luis Mateo Díez, un gran escritor, de elaborada…
JUSTAMENTE en las vísperas del Pleno en el que el PSOE iba a presentar la reprobación contra David Navarro, el concejal de las cuentas de Podemos Unidos, apareció el insultante cambio de placa en el monumento del Beato Diego de Cádiz. Yo no digo que sea un intento para distraer a la “carcundia gaditana” (como la llaman los presuntos autores materiales), sino que dio la casualidad. La carcundia, en la imaginación de algunos psicópatas locales, ya abarca hasta los socialistas de Fran González inclusive. Es decir, son de la carcundia (y muy fachas) todos los que no piensen como ellos. La esencia de los totalitarios es esa: no respetar a quienes piensan diferente.
EN Cádiz, el antiguo Instituto del Rosario era algo más que un instituto. Era un símbolo de la educación pública para la mujer, en unos tiempos difíciles. Por sus aulas pasaron alumnas que hoy son destacadas profesionales, incluso algunas políticas. En unos tiempos en los que la mayoría de los gaditanos estudiábamos en colegios religiosos (de niños, de niñas, o mixtos), el Columela y el Rosario eran los institutos de referencia (masculino y femenino). Este edificio lleva 10 años cerrado, y ha pasado de ser un símbolo de la educación pública para la mujer, en un cierto periodo, a convertirse en otro ejemplo de las mentiras y las incoherencias de los políticos, cuando se trata de Cádiz.
NO sabemos lo que tenemos. Esos cuatro cruceros que llegaron ayer al puerto de Cádiz establecieron un nuevo récord de cruceristas que bajaron a tierra firme gaditana en un solo día. Aseguran que vinieron 17.264 criaturas. Otra cosa es que un selecto grupo se largó en autobuses a conocer Sevilla y/o Jerez. Son ciudades hermanas, que también se aprovechan de lo nuestro, pues alcanza para todos. Tampoco saben lo que tienen. En Sevilla, por ejemplo, han destacado que el lunes les llegó el crucero Sirena con 1.030 personas, cuando ayer los visitaron muchos más en los autobuses, y sin dragar el río Guadalquivir, ni nada raro. Con razón, en el muelle gaditano, un día se vio un letrero que ponía: Bienvenidos a Sevilla.
VAMOS a tener un Pleno municipal en Cádiz con relativo interés. Aparte de las contingencias y exabruptos susceptibles de ser denunciados en los juzgados, son reuniones de escaso alcance. Teniendo en cuenta el agravante de que se aprueba lo que sea y después no se cumple, ni se echa en falta. Por el contrario, para este viernes, el PSOE anuncia que presentará una propuesta de reprobación y petición de dimisión contra el concejal de Hacienda, David Navarro, a la que probablemente se sumarán el PP y Ciudadanos. Es decir, que se aprobaría en tal caso, y que sería como un amago de mocioncita de censura. Aunque parece que después no van a llegar a mayores consecuencias.
LOS Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, cuyo XXV aniversario se conmemora, tuvieron un simbolismo político más impactante que la Exposición Universal de Sevilla. Aquellos Juegos consagraban el espíritu olímpico de la Transición, hermanaban a Cataluña con el resto de España en una celebración de Estado, revalorizaban a la Monarquía Constitucional (y Deportiva) pilotada por el Rey Juan Carlos, certificaban la década triunfal en el poder del PSOE de Felipe González, premiaban la voluntad europeísta y la apertura al mundo de un país que había superado un pasado casposo para ser el epicentro de todas las movidas progresistas. Esa España de Felipe ya no era la de Franco, ni nadie hablaba de memoria histórica, ¿verdad?, porque los socialistas iban a cumplir 10 años en la Moncloa.