EN Cádiz vive gente buenísima (es lo que más abunda), pero también algunos siesos con muy mala leche, que estos días andan frotándose las manos. “A ver si Kichi va a pasar a la historia como el alcalde que se cargó el Carnaval, jijiji”, comentan por lo bajini estos malvados, que suelen ser los que después hacen reverencias al alcalde. En estos días, todo el mundo del Carnaval se distrae con las cuentas de la lechera. Y, para colmo, está fiscalizando la Cámara de Cuentas las subvenciones a las peñas y los compadreos entre amigos, cuando esto es una cosa muy seria, a pesar del cachondeo simpático de las letrillas, y ya dejó claro Hacienda que son empresas autónomas. Una comparsa, una chirigota o un coro no son multinacionales, como las que indignan a los anticapitalistas, pero tampoco pueden funcionar por la cara B, ni por la misma cara.

SIEMPRE que sale algo interesante a la venta en Cádiz lo compran unos sevillanos. Pasó con el Cádiz CF, cuando aquella subasta que organizó Antonio Muñoz, en los tiempos de Sinergy, que casi lo desciende a Tercera División. Todavía lo están reclamando, será para jugar contra el Arcos y el Conil. Pues bien, en aquella subasta, apareció Carlos Medina, para trasladar una oferta de Locos por el Balón. Esa empresa (en cuyos pormenores de Vizcaíno y Pina no voy a entrar) tiene su sede oficial en la calle Carlos Cañal, número 4, de Sevilla, cerca del Ayuntamiento. Ahora, en la subasta del edificio del Tiempo Libre, ha resultado ganadora otra empresa sevillana, llamada Vico Black 98, con sede en la calle Saladilla, número 7, de Tomares (Sevilla), considerado el pueblo más rico de la provincia vecina.

EN Cádiz parece que están jugando al Monopoly con los edificios, que cambian de dueños y de usos con increíble facilidad. Sin embargo, en la mayoría de los casos, igualmente servirían para un roto que para un descosido. Dos ejemplos maravillosos son Valcárcel y los depósitos de Tabacalera. En Valcárcel iban a construir un hotel de lujo de cinco estrellas, según el acuerdo al que llegaron la Diputación y el Ayuntamiento, pero ahora parece que toda la vida ha servido para la Facultad de Ciencias de la Educación, que fue un remiendo cuando fracasó el hotel. Igual que los depósitos de Tabacalera. Ahora parece que la intención de construir allí la Ciudad de la Justicia viene del siglo pasado, cuando la idea del anterior Ayuntamiento era construir allí un espacio de arte progresista como el Matadero de Madrid.

LOS tiempos han cambiado una barbaridad, como se comprueba con el Black Friday. Ahora se mide el éxito según la instalación o la desubicación de determinadas tiendas y locales comerciales. Lo estamos viendo en Cádiz y en San Fernando. La llegada de un restaurante de comida rápida de McDonald’s a la plaza de San Juan de Dios se vive como una demostración del éxito de la plaza, que se encuentra entre Plocia, Sopranis y Nueva, la zona de más crecimiento hostelero. Mientras que el cierre de una tienda de Stradivarius en la calle San Rafael, de San Fernando, se vive como la decadencia del centro isleño como zona comercial. Era la última tienda de Inditex, ese imperio creado por el rico Amancio Ortega. Y es como decir que se han rendido los últimos de Filipinas en La Isla.

EN menos de un año, la nueva Junta de Andalucía, gobernada por el PP y Ciudadanos, se va a quitar de encima el muerto de la Residencia del Tiempo Libre. Allí será construido un hotel por una de las dos empresas que han presentado ofertas. Es un buen ejemplo, sobre todo si se compara con el hotel del Estadio, que Kichi recibió como herencia de Teo, y todavía no han conseguido venderlo, con varios intentos fallidos. Digo en su descargo, y en el de David Navarro, que es más fácil vender el Tiempo Libre que el hotel del Estadio. Y no sólo porque esté en mejor ubicación.