TENÍA muy claro que nuestra percepción acerca de los enfermos por el covid-19 (popularmente conocido como el coronavirus) cambiaría en cuanto apareciera el primer caso en Sevilla. El mundo es un pañuelo que contagia las infecciones con los contactos. En China fueron descubiertos los primeros (con retraso, por cierto), y pusieron una barrera en torno a la ciudad de Wuhan y luego a la provincia de Hubei. Para que se hagan una idea: han dejado aislados a 56 millones de habitantes (que son los que viven allí), y así no se ha extendido a lo bestia por el resto de China, donde viven más de 1.300 millones de habitantes, en su inmensa mayoría sanos. Pero en este mundo globalizado es imposible que los casos no llegaran a otros países.

EL IVA de las sillas y palcos se ha colado en la confrontación política. La Junta ha entrado al trapo, a sabiendas de que es un asunto polémico en Sevilla y otras ciudades andaluzas. Por ello, el consejero de Hacienda, Juan Bravo, ha pedido a la ministra, María Jesús Montero, una reunión entre representantes de la Junta y el Gobierno, a fin de negociar la rebaja del IVA al tipo reducido del 10%. Es decir, que el IVA de las sillas y palcos se añade a la financiación autonómica, a las dificultades para endeudarse y otros asuntos pendientes que enfrentan al PP y Ciudadanos con el PSOE. Es lo que se conoce como la confrontación.

LOS Hijos Predilectos y las medallas de Andalucía de 2020 parecen especiales. Aunque sean las segundas que concede la Junta del PP y Ciudadanos, es en realidad la primera oportunidad en que el Ejecutivo presidido por Juanma Moreno aplica sus propias normas para acabar con el sectarismo. En la lista de galardonados había omisiones chirriantes, se supone que por motivos ideológicos, o al menos por no ser considerado como políticamente correcto. En ese sentido, destaca el título de Hijo Predilecto de Andalucía para Antonio Burgos. Un título largamente pedido en los años anteriores (yo mismo lo he reclamado en artículos) y que parecía imposible. Por fin se hace justicia. Burgos no es sólo un extraordinario periodista y escritor, sino uno de los padres del andalucismo contemporáneo. Y le acompañará un torero. No uno cualquiera, sino Curro Romero, cuya biografía escribió precisamente Burgos.

EN Sevilla hay un amplio catálogo de edificios abandonados, que de vez en cuando salen del armario del olvido. Ha sido el caso de la Hacienda del Rosario. Hasta fechas recientes sólo era mencionada porque da nombre a una de las zonas residenciales de expansión. A la presentación de la nueva urbanización asistió el alcalde, Juan Espadas. Se supone que contribuirá al crecimiento para superar el listón de los 700.000 habitantes, como Palmas Altas y otros proyectos. Sin embargo, la Hacienda del Rosario propiamente dicha es ese edificio abandonada en el que murió un joven de 16 años, en un accidente, al caer un muro. Es obvio que el abandono y el fácil acceso al lugar han tenido influencia en lo ocurrido, sin entrar en los detalles del siniestro, que están pendientes de la investigación.

EL domingo 23 de febrero (fecha que evoca a Rumasa y a Tejero) es Carnaval en medio mundo. En Cádiz, sin ir más lejos, y en gran parte de Andalucía. Sin embargo, en Sevilla es el día del Maratón. Han organizado uno tal que nos tomen por locos. Estaban inscritas 13.500 criaturas, lo que ya tiene mérito, pues hay que correr 42, 195 kilómetros para llegar a la meta. Pero aquí todo parece poco con tal de atraer turistas asiáticos, y decidieron ampliar el plazo para que se puedan inscribir algunos de los 37.000 maratonianos excluidos en Tokio por el coronavirus. A ver si suspenden en Tokio los Juegos Olímpicos, que para eso tiene Sevilla un estadio puntero, al que Javier Imbroda quiere dar utilidad.