ES curioso que los 500 años de la primera vuelta al mundo coincidan con los 50 años de la llegada del hombre a la Luna. No es lo mismo, pero son dos acontecimientos históricos en los que el hombre rompió las barreras de lo desconocido, y convirtió en posible lo que parecía imposible. Aún hoy existen agoreros que cubren con dudas ambas gestas, sólo por fastidiar. Sin embargo, la grandeza de la primera circunnavegación tiene un arranque blandito en Sevilla. Como estamos en agosto, parece que empieza a medio gas. A fin de cuentas, han inventado lo que se denomina el Año Magallanes y las celebraciones se prolongarán hasta 2022. Será entonces cuando se conmemore lo más importante, que fue la llegada de los 18 supervivientes, comandados por Juan Sebastián de Elcano.

EN casi todos los partidos hay políticos que no parecen de los suyos. A algunos se lo comenta la gente, y no se sabe si es un elogio o no. A Javier Arenas se lo decían, y también ahora a Beltrán Pérez. “Usted es que no parece del PP”, le repetían personas de tendencias digamos que más progresistas, como si todos los del PP salieran a pasear con bigotito y brillantina. También se lo dicen mucho a la otra Susana, la Serrano de Adelante: “Susana, tú es que no pareces una podemita; si incluso eres creyente, y vas siempre de lo más aseada en tu bici”. Como si sólo pudieran ser de Podemos los ateos y los que tienen una coleta sin champú. Y, por supuesto, en el PSOE sevillano, se lo dicen mucho al alcalde, Juan Espadas, y todavía más a su teniente Juan Carlos Cabrera. Las señoras de Los Remedios los ven como esos políticos a los que en cierta ocasión han votado, en modo infidelidad, sólo por una vez y no más.

TENIENDO en cuenta la alegría de Juan Espadas por el turismo, es raro que el Ayuntamiento de Sevilla no haya creado la Delegación Municipal de la Felicidad en la última remodelación. Parece que están de moda y que abundarán en los próximos años. En la población onubense de San Bartolomé de la Torre aprobaron el objetivo de ser el pueblo más feliz de España en 2030. Los bartolinos y bartolinas están locos de contentos y piensan que le dará fama al pueblo. Puede que acudan allí los tristes y los desesperados, en peregrinaciones masivas para ser felices. Se puede convertir en un parque temático de la felicidad. Se empieza así, como una gracia y a carcajadas, y se acaba despotricando de los turistas.

ES el mes de las vacaciones, de la desconexión, de las ausencias, de la ciudad que se queda aún más para los turistas. Sin embargo, en Sevilla, agosto es también el mes de la Virgen de los Reyes. Se suele decir que el 15, festividad de la Asunción, es el día de la Virgen, con la procesión que rodea las gradas de la Catedral y que crea un prodigio de amores e ilusiones en el corto horario comprendido entre las ocho de la mañana, cuando la Virgen sale por la Puerta de los Palos, y alrededor de las nueve y media, o incluso antes, cuando regresa. Es el día grande de la Patrona, sin ninguna duda. No obstante, para sus fieles más auténticos, para la Asociación, para los capellanes reales, la devoción dura casi un mes.

LA vida del siglo XX sevillano es mejor conocida que la de tiempos anteriores gracias a los fotógrafos. La evolución de la ciudad está presente en las imágenes de quienes no sólo fueron testigos sino intérpretes de su tiempo. Los fotógrafos del siglo XX crearon dinastías, como los capataces. Era un gremio familiar, con los Serrano, los Arenas, o los Gelán, cuyo centenario profesional ahora se conmemora. La obra gráfica de Ángel Gómez Beades fue continuada por su hijo, Fernando Gómez Martínez, más conocido como Fernando Gelán, que si bien la amplió al periodismo escrito, es también un fotoperiodista que desde sus primeros años como profesional no se separaba de la cámara.