LOS observadores y las observadoras decían que Juan Espadas estaba ocultando a Pedro Sánchez y al PSOE en su campaña. Pero al presidente del Gobierno se le ocurrió organizar un viaje relámpago a Sevilla. Se leía en ciertos periódicos que Pedrito de la Moncloa llenaba las plazas de toros en esta campaña. La de Mérida, en realidad. Pinchazo, con aviso, y silencio en el Pabellón de la Navegación. Apenas acudieron 800 personas al acto, en el que Pedro Sánchez respaldaba a Juan Espadas. Lejanos quedan aquellos tiempos, cuando José Luis Rodríguez Zapatero abarrotaba el velódromo de Dos Hermanas con 20.000 criaturitas (eso decían), gracias al interés puesto por Francisco Toscano, el alcalde eterno, el que se orienta siempre.

 

Para Juan Espadas, paradójicamente, Pedro Sánchez es una incomodidad. Todos los días dice Susana Serrano, la de Podemos, que Espadas es “el voto útil de la derecha”; aunque ya veremos si ella le regala el supuesto voto de la izquierda. Puestos a elegir entre susto o muerte, Espadas no asusta, pero teme a la muerte súbita de las malas compañías. Ese Pedro Sánchez que vino a apoyarlo es el mismo que está negociando para incluir ministros de Podemos en el Gobierno. Con el mismo argumento, Susana Serrano le podría pedir concejales podemitas en el equipo de gobierno local, si le hacen falta sus votos.

Por si acaso, a Juan Espadas le interesa que lo vean en estas elecciones como si fuera independiente. En eso coincide con otros candidatos. Beltrán Pérez, para dar la sorpresa, necesita el voto de los hijos pródigos del PP, y él está haciendo una campaña centrado en lo suyo, y hasta ha fichado a un rubalcabista. No enseña a Pablo Casado ni en pinturas. Igualmente, Susana Serrano va a lo suyo, que es Adelante Sevilla, y nada de utilizar las siglas de Unidas Podemos, o lo que sea. Se tragó la visita de Pablo Iglesias a regañadientes, como un gol que le marcaron por no fastidiar a Kichi en Cádiz; pero si te he visto, Pablo, no me acuerdo. Quizá sea Álvaro Pimentel, en su presentación como político, el único que tira más de la marca, de Ciudadanos, aunque él mismo se ve como la llave, en vez de ser la alternativa que quería Albert Rivera para los suyos. En cuanto a Vox, se les nota muy despistados en estas elecciones. Vox es Vox, y ya está.

Parece que en estas municipales hay que mantener a los partidos en la Sevilla oculta. Los candidatos juegan a ser independientes. Llega un momento en que se lo creen, que es lo peor. Y pasa lo que ha pasado con el acto de Pedro Sánchez y Juan Espadas. Más pena que gloria.

José Joaquín León

LAS elecciones municipales decidirán 106 alcaldías en la provincia de Sevilla, así como la presidencia de la Diputación Provincial, según los resultados en los 15 partidos judiciales que la integran. Cada municipio es un universo, a veces confuso. La tentación de extrapolar las elecciones del 28 de abril es absurda. Resulta disparatado comparar los resultados. En 12 ayuntamientos sevillanos sólo se presentan el PSOE y el PP. En otros concurrirán listas independientes, que son imprevisibles. La amistad personal, en los pueblos pequeños, es decisiva, incluso más que los partidos.

Asimismo influye la implantación territorial. En la provincia de Sevilla el partido mejor implantado es el PSOE, que suele ganar todas las elecciones y ha tenido siempre la presidencia de la Diputación. Sólo los socialistas y el PP presentan candidaturas en los 106 municipios de la provincia. Es la herencia del bipartidismo.

LA campaña de las elecciones municipales afronta los últimos días. En estos momentos, los candidatos se esmeran por mantener las lealtades en sus barrios más afines, por seducir a los indecisos, por buscar a los votantes transversales, si es que quedan algunos. Pero, en estos días, la pregunta que muchos electores se plantean es: ¿hay partido el domingo en Sevilla? Según las encuestas, según las extrapolaciones de las elecciones generales, Juan Espadas mantendría la Alcaldía para el PSOE con relativa comodidad. Pero un análisis más detallado nos sugiere que la alternativa del PP con Beltrán Pérez puede tener alguna posibilidad de que le cuadren las cuentas.

ES sorprendente que los candidatos municipales pierdan el tiempo en hablar de proyectos utópicos, o en chorradas variopintas, mientras los problemas reales siguen pendientes. También en las infraestructuras. Proyectos muy importantes para la ciudad no van a tener solución a corto plazo. Es el caso del puente del Centenario y los túneles de la SE-40. Hay que agradecerle al director general de Carreteras, Javier Herrero, que por fin alguien haya contado la verdad. Este señor, además, conoce bien el caso, por sus vínculos sevillanos. Hay buena voluntad, pero no es suficiente.

SIEMPRE pasa igual. En las elecciones andaluzas, en las generales y en las municipales, cuando apareció la encuesta del CIS les llovieron las críticas. Dijeron que era el chiringuito de Tezanos, donde abre la cocina del PSOE y fríe al centro derecha. Sin embargo, después aparecen los sondeos de otras casas de encuestas y sale lo mismo. Esto es como los que critican a Ángel León y a los grandes chefs, pero después donde había garbanzos con espinacas y bacalao con tomate aparecen algas exóticas y lucecitas de colores hasta en el gazpacho. Han salido varias encuestas de las elecciones municipales en Sevilla y todas dicen lo mismo. No he visto ninguna en la que Juan Espadas aparezca segundo. Es el favoritísimo.