LAS chapucerías del callejero en Cádiz no han empezado ahora, sino que vienen de siglos pasados. La lista de los 40 principales que no tienen calle está encabezada por Alfonso…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de…
SUCEDIÓ el día después de la entrega del premio Cervantes. Aquel acto fue presidido por los Reyes, don Felipe y doña Letizia, flanqueados por Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso, que no estaban acompañados por sus parejas. El premio fue recibido por Luis Mateo Díez, un gran escritor, de elaborada…
QUIÉN le iba a decir a Alfredo Sánchez Monteseirín que esas setas, que ha legado para la posteridad de Sevilla, se convertirían algún día en el manifestódromo de los podemitas. Es decir, en el manifestódromo de todos los indignados, que en su mayoría son los que han confluido en el populismo de Pablo Iglesias con su extrema izquierda. ¡A la calle, podemitas, a la calle! Y así, en las setas, unos días aparecen los vecinos de los barrios hartos. Otras veces acuden los de las manifas antifascistas, que sólo admiten los resultados cuando ganan ellos. Y en pleno puente de la Constitución y la Inmaculada, con mucho ambiente, se concentran algunas decenas de románticos ecologistas para protestar por la turistificación.
AL empezar, se debe recordar que todavía no hay un acuerdo de gobierno para la Junta de Andalucía. Por consiguiente, no podemos vender ningún oso antes de cazarlo. En estos momentos, parece que lo más probable sería un gobierno andaluz de coalición de PP y Ciudadanos, con apoyo de Vox sólo para las mayorías parlamentarias. Puede haber otras alternativas, que a día de hoy son improbables, porque pasan por PSOE y Ciudadanos, dándose el caso de que este último partido dijo públicamente (incluso en los dos debates televisados) que no pactarían con el PSOE y que apoyarían un cambio. Por lo que todo el mundo sabe lo que votó y no pueden engañar a sus votantes. Pase lo que pase, algunos están acongojados.
EN Sevilla unas cosas se ponen al derecho y otras al revés. No pasa sólo con la carrera oficial de la Semana Santa. A mi modo de ver, lo peor de todo es el Metro. En 2012 dependía de un acuerdo entre el Gobierno central del PP con Rajoy, la Junta del PSOE con Pepe Griñán y el Ayuntamiento del PP con Juan Ignacio Zoido. Desde 2015 debían ponerse de acuerdo el Gobierno del PP de Rajoy con la Junta del PSOE de Susana Díaz y el nuevo Ayuntamiento del PSOE de Juan Espadas. Y ahora se las prometían felices, porque el acuerdo sería del Gobierno de Pedro Sánchez, la Junta de Susana Díaz y el Ayuntamiento de Juan Espadas. Todos del PSOE. Pero ya ven lo que ha pasado. Y así pasará la gloria del Metro…
SIGUE la racha triunfal del Cádiz, que acumula siete victorias consecutivas. Pero el partido de ayer fue muy espeso, grisáceo, y no se hubiera ganado sin las ganas de reivindicarse de un futbolista injustamente tratado: Dani Romera. Marcó el gol que dio la victoria y estrelló un balón en la escuadra en la penúltima jugada del partido. Demostró, en media hora, que se merece más minutos. No todo es perfecto en el Cádiz. Aunque hubo un aspecto a destacar: ganaron incluso jugando mal.
ESTÁN perdiendo el tiempo y facilitando las paridas. Nos encontramos en el periodo del postureo y los brindis al sol. Deberían ser más sensatos y responder a las expectativas derivadas de las urnas. En Andalucía, tras las votaciones del domingo pasado, sólo hay un gobierno posible para la Junta: una coalición del PP y Ciudadanos, a la que Vox permita el cambio, pero sin entrar en ese gobierno. Y sin exigencias que son imposibles de atender, según la legalidad vigente, aparte de ser disparatadas en algunos casos. Cuanto más tiempo pase para alcanzar un acuerdo será peor, porque solivianta el nerviosismo de los que han perdido.