EN la polémica por los cambios de nombres de las calles, la opinión de los vecinos es importante. Son los afectados. Pues si te cambian el nombre de la calle,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de…
ETA fue fundada en 1959, cometió crímenes durante el franquismo, los siguió perpetrando en la democracia, anunció el cese de su actividad armada en 2011, pero no se disolvió oficialmente hasta 2018. ETA duró casi 60 años; es decir, 20 años más que el franquismo, y de ellos más de…
AUNQUE han llamado más la atención otros detalles, Beltrán Pérez ha salido fortalecido tras la convención del PP en Sevilla. Prometió solemnemente a Rajoy que hará todo lo posible por recuperar la Alcaldía y que se olvidará del reloj. Ahora empieza lo más difícil para él, que es recuperar votos contra reloj y con vientos desfavorables. Para ello, debe centrarse al máximo, que es la clave del éxito. Se puede considerar a la Sevilla de hoy como una de las ciudades más centristas y centradas de España, quizá la que más. Eso se nota en que todos los partidos no indignados juegan a ser de centro: el PSOE de Juan Espadas lo busca sin disimulo. Ciudadanos, con Javier Millán, tiene ahí su espacio natural. ¿Y el PP?
Con Beltrán Pérez, el PP intenta recuperar el centrismo que dio victorias a Soledad Becerril y Juan Ignacio Zoido. Les pasa a todos. Cuando el PSA consiguió la Alcaldía con Luis Uruñuela fue gracias a un pacto de izquierda que montaron contra la UCD centrista. Pero cuando Alejandro Rojas-Marcos llegó a la Alcaldía fue porque el PA se dejó la S por el camino y se centró.
ES domingo en Cádiz. Una mañana soleada, a la espera de otra borrasca. En el muelle, más allá del cochambroso edificio protegido de Puerto América, destaca el porte señorial de un crucero de Mediterranean Shipping Company. Los cruceristas pasean por la carrera oficial y sus aledaños, donde encuentran muchos comercios cerrados y la mayoría de los bares abiertos. En la calle Compañía, delante de Tinoco (que respeta el descanso dominical), una pareja de la Policía Local presta servicios de vigilancia, y seguridad ciudadana a los confiados paseantes.
UNA vez que se alcanzó un pacto institucional entre el Gobierno central, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla; una vez que el PP, PSOE y Ciudadanos parece que están de acuerdo, viene la segunda parte del problema. Aparecen los que quieren cargarse el Metro. Este es uno de los motivos de la ruina de los pueblos: cuando se pierde el tiempo en discutir sobre lo ya discutido. Si se ha tomado una decisión es para ejecutarla. El tiempo de los debates empezó en el siglo pasado. Ya en el siglo XXI, la consejera Rosa Aguilar presentó un proyecto que no se ha cumplido. Ahora existe un acuerdo político entre Íñigo de la Serna, Felipe López y Juan Espadas que tampoco han empezado a cumplir. Y, mientra, aparece la excusa perfecta para no hacer nada. Son los expertos que (a diferencia de otros ingenieros tan expertos o más que ellos) consideran que el Metro es un error, que lo ideal sería apostar por tranvías y autobuses rápidos.
SE equivocó la paloma, según Rafael Alberti, que era comunista. Sin embargo, ahora se ha equivocado la gaviota, que echó a volar en el momento más inoportuno para el PP. A cambio les ha quedado una encina, que según explicó Fernando Martínez Maíllo, es un árbol que aguanta todo: “viento, frío, hielo, o nieve”. A las primeras del cambio, han puesto a prueba la encina, no con un temporal sino con dos, pues han venido las tormentas Cristina y Carles, de sopetón. Zona catastrófica en la convención de Sevilla, desde antes de empezar. La encina ha debutado con mal fario. Yo no digo que sea gafe, pero tiene toda la pinta.
PREFIERO no echar más leña al fuego de la carrera oficial de la Semana Santa gaditana. Creo que el Consejo que preside Juan Carlos Jurado, como antes ocurría con Martín José García, tiene un presidente con inequívoca voluntad de ayudar a las cofradías, de atenderlas en la medida de lo posible. El problema llega cuando entran en la medida de lo imposible. En la polémica por la carrera oficial, no se ponen de acuerdo porque suelen pensar en lo que más le conviene a cada una. Así es difícil ver la realidad general. Desde antes de empezar la Semana Santa, se sabía que la carrera oficial de este año no es la mejor de las posibles. La menos mala es la que había hasta 2017. En todo caso, es una barbaridad que la calle Ancha sea excluida.