SAN LORENZO

Los barrios forman parte esencial de la Semana Santa. Por eso, hay que salvarlos, y no resignarnos a que sus pisos sean sólo para los turistas.

Barrio de San Lorenzo, barrio de los poetas, donde la Semana Santa arranca con el besamano del Señor y termina cuando la Soledad entra.

(…)

El Buen Fin es una cofradía franciscana, con y sin túnica, que abrió un camino pionero y ejemplar para la caridad, con su Centro de Estimulación Precoz para niños. El barrio se reúne en la plaza de San Lorenzo el Miércoles Santo. El año pasado estrenó un misterio, muy elogiado. No obstante, su mejor figura es el Cristo del Buen Fin, uno de los grandes crucificados de la Semana Santa.

MISTERIOS DE SEVILLA

Los pasos de misterio están entre las grandes creaciones de la Semana Santa sevillana. Cuantos más personajes haya alrededor de Cristo, más misterioso es el paso y más le gusta al pueblo llano.

Entre los personajes secundarios de la Pasión, el más popular es Poncio Pilato. Y, parafraseando al poeta Antonio Rodríguez Buzón, yo les voy a decir que Pilatos habrá otros, pero como el de San Benito, ninguno. Porque el de San Benito va de pie y es un presentador.

Barrio de San Vicente, señorial, que el Lunes Santo renace con tres cofradías. “Toma tu cruz y sígueme”. La cruz está presente desde que sale Vera-Cruz. Ruán negro y cielo morado para el Leño Verde.

Jesús de las Penas tiene una salida memorable. Se eleva una nube de incienso, le escoltan los naranjos, suena su marcha fúnebre, abraza una cruz que es una joya... ¿Y qué sabe nadie de las penas que se van y los dolores que cura cuando nadie lo ve? La Virgen de los Dolores es la perfección bajo palio. ¿Y cómo no acordarme de Juan Carrero Rodríguez? Lo que hoy vemos fue un milagro que se cumplió. Sus Dolores nos conmueven en ese atardecer de ensueño que se dibuja en San Vicente.

EL PRIMER CAPIROTE

Esa mano que se une a la de nuestros hijos y nuestros nietos, para acompañarlos a un templo, enlaza los eslabones del pasado con los del presente y el futuro. Yo di la mano por vez primera a mis hijos, a un nazarenito de blanco de La Cena al que también acompañaba su madre; y fui caminando junto a mi hija de negro, cuando las mujeres pudieron salir de nazarenas en el Silencio. Y se la di por vez primera a mis dos nietas y se la daré a mi nieto para salir de monaguillos en la Soledad.

Siempre recordaremos la tarde del primer capirote. Vas por las calles y miras al cielo. Caramelos, chucherías, estampitas... Una mano sostiene a la otra. Una mano tiene las huellas del tiempo marcadas por la vida y otra mano es tierna como una rosa que se abre.

EL Domingo de Pasión es el pórtico de la Semana Santa. No es sólo el domingo del pregón. Es también el día con más besamanos y besapiés de toda la Cuaresma. Ya no es una jornada de funciones principales de instituto, como los domingos anteriores. Ya la fe está jurada y proclamada. Ya es el día en que se expresa el gozo de lo que está por llegar. Los besamanos y los besapiés de hoy manifiestan las ansias de Semana Santa, las ganas que tenemos de besar al Señor y a la Virgen, de bajarlos de los altares, de saludarlos con nuestro cariño, de alegrarnos de que ya estén tan cerca para trasladarlos a los pasos.