EL Cabildo de Toma de Horas aprueba hoy oficialmente los horarios e itinerarios de la Semana Santa. Ya se conocen, pero es un rito necesario. Desde hace 40 años escribo información cofradiera. Y creo que no ha habido ni una sola Cuaresma en la que alguien no se quejara por la configuración de la Semana Santa. Con el tiempo, se ha llegado a la consideración de que las decisiones sólo se pueden tomar de año en año. Pero en las tertulias y en los medios de comunicación todo el mundo opina. Algunos presumen de tener fórmulas magistrales, y en realidad plantean propuestas irrealizables, que ya están testadas y descartadas.

LOS hermanos y hermanas mayores de las hermandades sevillanas (no sólo de Penitencia) asistieron a una reunión en el Palacio Arzobispal y se hicieron una foto de familia el pasado viernes en la plaza de la Virgen de los Reyes. ¿Y para qué era ese acto? Era una oportunidad para unir a las hermandades como pórtico al Jubileo de las Cofradías en Roma. El acto fue convocado por el Arzobispado, el Ayuntamiento, el Consejo de Hermandades y Cofradías y la Hermandad del Cachorro. Se quería testimoniar que el jubileo no sólo servirá para organizar una procesión en Roma en la que participará el Cachorro, sino también el valor que tiene para las hermandades y para Sevilla.

EN la Semana Santa de Sevilla las cofradías hacen estación de penitencia a la Catedral. Bueno, no todas. Las que salen desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección, que son también las que pasan por la carrera oficial. Las cofradías del Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión no llegan a la Catedral, ni pasan por la carrera oficial, aunque algunas cumplen estación en otros templos. Por ejemplo, la de San José Obrero va a al santuario de los Gitanos. O la de Padre Pío va a la parroquia de los Dolores, en El Cerro del Águila.

Las cofradías que pasan por la carrera oficial lo hacen para llegar a la Catedral. La meta está en la Catedral, no en la Campana. Y eso es lo que se intenta dejar claro con el proyecto Vía Sacra. Las hermandades ya están informadas, y se lo van a explicar a sus hermanos en los cabildos de salida y en el reparto de papeletas de sitio. Se trata de que todos lo asuman, porque afecta a quienes participan en la estación de penitencia.

UN año más, vuelven los artículos de Cuaresma y regresa La Campana. Esta es la primera vez que los escribo siendo pregonero de la Semana Santa. Aunque los sigo publicando como periodista y como cofrade. El Pregón tendrá lugar el 6 de abril en el Teatro de la Maestranza. Y el libro del Pregón se presentará un día después en la Fundación Cajasol. Es verdad que todo lo que escriba se podrá utilizar a favor o en contra. Aunque con eso (y con las circunstancias) estoy acostumbrado a lidiar.

Llega el primer domingo de una Cuaresma tardía. El Domingo de Ramos será el 13 de abril. Una fecha que recuerda a la del año 1992, cuando la Semana Santa se celebró en las vísperas de la inauguración de la Expo. Esperemos que transcurra igual, ya que fue una Semana Santa de buen tiempo y mucho lucimiento. Esta vez no habrá Santo Entierro Grande, como en aquella ocasión. Pero sí un Vía Crucis de las hermandades con el Cristo Yacente del Santo Entierro.

NUNCA más habrá un fotógrafo como Jesús Martín Cartaya. Ni en Sevilla, ni en el resto del mundo. Mejores o peores los puede haber, pero nadie que sea como él. En un manual de la fotografía se podrían incluir diversos modelos de fotógrafos, Y, sin embargo, Jesús era diferente, quizá porque no era un fotógrafo profesional, ni artístico ni periodístico. Sabido es por todos los sevillanos de su tiempo que trabajaba en Cortefiel y que eso también se le notaba. Era el único fotógrafo que acudía a todo vistiendo chaqueta y corbata. Circunstancia no desdeñable, ni secundaria. Ya que, como él mismo decía, en aquel tiempo hacer las fotos así vestido era un plus y se le abrían puertas cerradas para otros.