YA ha pasado Fitur, ya se puede volver a escribir sobre la turistificación. Es verdad que en 2024 llegaron a España 94 millones de turistas extranjeros. Es verdad que la EPA indica que el 90% de los empleos creados el año pasado son del sector servicios, en su inmensa mayoría relacionados con el turismo. ¿Qué sería de Sevilla sin sus turistas? Pues ahí está el quid de la cuestión. Hay que conseguir un equilibrio, porque cuando se habla y se escribe de la turistificación de Sevilla no se exagera. Es una realidad avalada por estudios e informes. Aparte de que salta a la vista. Y afecta ya a todos los barrios del casco antiguo, que es tanto como decir a la Sevilla eterna, a la que está dentro de las murallas que ya no son murallas. Y se extiende a Triana y otros barrios.

LA Catedral de Sevilla es la más grande de España. No sólo en tamaño, también en cultos religiosos. No se sabe por qué, sobre la Catedral propagan teorías falsas, como que se ha convertido en un museo. Nada más lejos de la realidad. A veces también publican algunas fake news, como cuando se leyó que este año iban a ser suprimidos los wc dentro de la Catedral en Semana Santa, y que los nazarenos deberían hacer los pipís en urinarios situados en el exterior. Es falso. Quizás hayan oído campanas y no saben dónde. Porque lo que se ha presentado a los hermanos mayores es un proyecto llamado Via Sacra para dignificar y mejorar el paso de las cofradías por la Catedral, y realzar que van allí para su estación de penitencia, no sólo para las necesidades urgentes ni el avituallamiento.

LA gente más rancia y los amantes de las tradiciones en sus fechas de costumbre dicen que en Sevilla están los tiempos revueltos. A pesar de todo, los más rancios fueron a ver a la Esperanza Macarena y la Esperanza de Triana, al Señor del Gran Poder y al Cachorro en diciembre, junto a las luces de Navidad, en pleno Adviento. Adelantaron un día la fecha de la Cabalgata de los Reyes Magos, aunque sin llegar a confundirla con los cotillones de Nochevieja. Y cuando ya habían terminado de pasar hasta los tres mil reyes magos de barrios, cuando en la tertulia El Cirio Apagao le entregaron las pastas al pregonero de la Semana Santa, ese mismo día precisamente, se aprobó el cambio en la duración de la Feria de abril, que este año empieza el 6 de mayo. Y en la octava del Corpus, mientras bailan los seises, será la noche de San Juan.

EN la polémica sobre la llamada mafia del taxi en el aeropuerto de Sevilla podríamos recurrir a la filosofía. Lo sé, la filosofía está olvidada, hasta el punto de que un filósofo llamado Salvador Illa fue colocado como ministro de Sanidad y actualmente es presidente de la Generalitat de Cataluña. Pero la filosofía podría explicar lo que sucede en el aeropuerto, más allá del conflicto entre taxistas, ya que la mafia susodicha tiene su origen en las circunstancias. Y ello nos llevaría directamente a Ortega y Gasset, un filósofo al que se suele citar en los calendarios y agendas por su legendaria frase:”Yo soy yo y mi circunstancia”.

TODOS los años, cuando llegan los fríos de enero, aparecen los coloquiales comentarios sobre la nostalgia de la nieve en Sevilla. La última nevada propiamente dicha ocurrió el 2 de febrero de 1954. Hay que tener más de 70 años cumplidos y muy buena memoria para recordar aquello. Por consiguiente, se habla de oídas a los padres y abuelos, o de haber visto las fotos de Serrano. En Sevilla existe una mitología del frío. Se atribuyen frases a algunos famosos, diciendo que en ningún lugar del mundo han pasado tanto frío como en Sevilla. Es una exageración. Eso lo dicen algunos que no ha ido nunca a Groenlandia. Ni siquiera a Nueva York en enero. O a Sierra Nevada, que está más cerca. En Borreguiles a siete grados bajo cero hace más frío que en Sevilla.