TRAS haber sido designado pregonero de la Semana Santa de Sevilla de 2025, algunas personas me han preguntado: “¿Y usted va a seguir escribiendo en el Diario?”. Y otros: “¿Y va a contarnos algo del pregón en sus artículos?”. A la primera pregunta, la respuesta es . A la segunda pregunta, la respuesta es no. He sido hermano mayor de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo y soy consejero de Sacramentales del Consejo de Hermandades y Cofradías, y tengo bastante asumida la diferencia entre la profesión y la devoción. No obstante, también entiendo que el pregonero de la Semana Santa debe escribir con cuidado, pues podría ser prisionero de sus palabras. No obstante, en este artículo (y sin que sirva de precedente) voy a referirme al pregonero.

ARTÍCULO PUBLICADO EN EL NÚMERO ESPECIAL DEL 25 ANIVERSARIO DE ´DIARIO DE SEVILLA´(2 de octubre de 2024)

FUE una utopía que se convirtió en realidad. Diario de Sevilla marcó el comienzo de la expansión del Grupo Joly por Andalucía, más allá de la provincia de Cádiz. Fue una idea visionaria, que puso en marcha José Joly Martínez de Salazar, por entonces presidente de la empresa Federico Joly y Cía, con la intención de crear un grupo andaluz de periodismo que fuera la referencia regional, pero con cabeceras locales, a imagen y semejanza de su periódico pionero, Diario de Cádiz, fundado en 1867. Y con las mismas intenciones: pluralismo e independencia del poder. Un concepto que se resumía en ser liberal a la gaditana. Esto es, de 1812. Para que tuvieran cabida todas las ideas democráticas y respetuosas, desde la izquierda a la derecha y desde la derecha a la izquierda, pasando por el centro. Sin camiseta de partido, con el periodismo como bandera, y para buscar la verdad en el sentido machadiano del concepto. Con Andalucía como referencia, la Andalucía plural que defendía don Manuel Clavero, que fue nombrado presidente del Consejo Editorial.

SON las cuentas de la lechera y, además, mal sumadas. La gente está diciendo que van salir 50 procesiones extraordinarias en el último trimestre del año; y que por eso el alcalde, José Luis Sanz, ha deslizado la opción de cobrar una tasa municipal por los servicios de las procesiones. Pero es falso, ya que en las 50 procesiones están incluidas todas las de gloria, que salen en estas fechas todos los años. Más salen en Semana Santa, cuando recorren las calles 71 cofradías y varias agrupaciones parroquiales con sus pasos en10 días, desde el Viernes de Dolores al Domingo de Resurrección. Pero lo más pintoresco es que se plantea cobrar a las hermandades y cofradías, pero no dicen nada ni critican otros eventos que también requieren amplia vigilancia de la Policía Municipal. Eventos con horas extras pagadas a buen precio, debido en parte a la falta de policías.

ESTAMOS celebrando los 25 años de Diario de Sevilla. En la primera portada, abriendo a toda plana, se leía: Tablada moverá más de 250.000 millones. Este periódico ha tenido muchos aciertos, pero aquella profecía de 1999 aún no se ha cumplido. Desde entonces (y desde antes), cuando llega un nuevo alcalde al Ayuntamiento, viene con la firme intención de resolver el laberinto de Tablada. Y todos se van contentos y divertidos, pero tal como han venido. Tablada sigue siendo el gran desperdicio de Sevilla. Allí se puede hacer todo, pero la verdad es que no hacen nada. A la vista está que es una pena. Cuando llegó José Luis Sanz a la Alcaldía, apenas dos días después, insinuó la posibilidad de que los promotores construyan viviendas. Y, de inmediato, salieron los defensores de lo verde, recordando que es zona inundable. Después Sanz admitió que no hay proyecto y apeló al nuevo PGOU.

AL turismo le sucede como a la inmigración. Los debates sobre su futuro están condicionados por una demagogia, un simplismo y un populismo que impiden discernir la realidad, y no acuerdan medidas razonables con serena cautela. La polémica por la tasa turística es el mejor ejemplo. Se sabe por la experiencia de otras ciudades, como Venecia, que aportan más ingresos para atender los gastos derivados de las avalanchas turísticas. Y también que no reducen la llegada de visitantes. Y, por supuesto, no disminuyen el turismo de calidad. Pues unos señores y unas señoras que pagan 200 euros al día (o más) por una habitación de hotel no dejarán de venir porque les cobres una limosnita de cuatro o cinco euritos para los ayuntamientos.