ES curioso que mientras Juanma Moreno y Susana Díaz discutían fraternalmente por la sentencia de los ERE, el PP y el PSOE hacían un amago de gran coalición por el Metro. Como si fueran don Juan Tenorio y doña Inés, en este mes de noviembre, don Juan Espadas y doña Marifrán Carazo hicieron una declaración conjunta de amor por el Metro. El alcalde de Sevilla y la consejera de Fomento de la Junta se dijeron sí a todo; no por amor mundano, sino por lealtad institucional, que es como se denominan los matrimonios políticos de conveniencia. Como fruto de esta unión del bipartidismo en el transporte, ya veremos lo que sale, si es que sale algo. Pues la gente lo está viendo como si la línea 3 del Metro se fuera a inaugurar el año que viene.

LA gente cree que Juan Espadas consigue todos los eventos habidos y por haber, pero es falso. No se cieguen por las galas de MTV y de Michelín. Se le escapan acontecimientos que pondrían a Sevilla en los mapas de los que no se orientan por GPS. El último que se le ha ido vivo es la Copa Davis. Como todo el mundo sabe, ha sido reinventada por Gerard Piqué, en su faceta de empresario. Se le ocurrió que la jugaran de una vez en jornadas intensivas, durante una semana, incluso de madrugada. Para demostrar que es un catalán posibilista facilitó que la Copa Davis del nuevo formato se disputara en Madrid. La ha ganado casi solito Rafa Nadal, que se impuso en todos los partidos individuales, y se fajó en los dobles.

EN el caso de los ERE nada es verdad ni es mentira, sino que todo es del color del cristal con que se mira. A mi modo de ver, algunas reacciones han sido espantosas. Aterroriza ver a personas a las que se suponía sensatas, diciendo lo mismo que los independentistas en Cataluña. Del tipo: la sentencia es desproporcionada. Pues, ya saben: a cambiar el Código Penal. Mientras no exista otro, ese es el que hay. Otros dicen: “Mi Manolo y mi Pepe no se han llevado un duro a su casa”. Verán ustedes: es que hay delitos, incluso gravísimos, incluso crímenes (que, obviamente, no es el caso), en los que el condenado no se había llevado ni dos reales. Es decir, que han sido condenados por malversación y/o prevaricación, dos delitos tipificados.

PARECE que el pacto de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias está contagiando al PSOE sevillano. Empezaron con el pacto de Juan Espadas y Susana Serrano para los presupuestos municipales. Ahora van a adoptar medidas contra las casas de apuestas y piden a la Junta que las frene, como si el PP y Cs fueran los causantes de la ludopatía en el tiempo que llevan gobernando (que es menos de un año). Es un tema que está removiendo Podemos, a los que les ha dado por ahí. Cuando a Pablo Iglesias y sus podemitas se les ocurre algo, todas las ovejas del rebaño les siguen el rollo. Ocurre con otros estamentos, que definen lo que es políticamente correcto y lo que no.

LA gala de las Estrellas Michelín ha sido desastrosa para Sevilla. Unos desagradecidos, que vienen a mesa y mantel, y después le dan los premios a restaurantes forasteros. Para Sevilla fue más importante la gala de los premios de MTV, donde triunfó Rosalía, y sin decir nada contra sus fans de Vox. Y por supuesto, el congreso de las Academias de la Lengua Española, que colocó palabras muy de aquí, como capillita y sieso, en el diccionario. Unos siesos han sido los de la Guía de Michelín, que dejan a Sevilla con una sola estrella, y ninguna en Triana, donde está la verdadera. Una estrella que es la de Abantal, de Julio Fernández, que la tiene desde 2008. Significa que desde hace 11 años, para estos señores, la cocina sevillana no ha avanzado nada.