NO hace falta citar los siglos XVIII y XIX para recordar la importancia que tuvo el teatro en Cádiz. Eran otros siglos y otras costumbres. Pero recordemos que en la…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

LOS Reyes de Holanda le han hecho un favor impagable a Sevilla. Desde que están Juan Espadas y su concejal Antonio Muñoz al frente del turismo no paran de buscar a un Obama, a una Rosalía, a un Pedro Duque o lo que sea para promocionar a Sevilla en todo el mundo y que abarroten los hoteles, y que construyan tropecientos más. Sin embargo, lo mejor a veces sucede por casualidad. Y así la Familia Real de Holanda ha felicitado las fiestas navideñas con una foto en la que los reyes Guillermo y Máxima, junto a sus hijas, Amalia, Alexia y Ariane, aparecen en la Feria, con ellas vestidas de flamencas. Esta sí que es una publicidad, que favorecerá que cientos de holandesas se vistan como una reina. Entre Sevilla y Ámsterdam ya hay vuelos directos.
LA anécdota es conocida. En el Carnaval de Cádiz de 1991, cuando comenzó la primera guerra de Iraq, el cuarteto del Peña y el Masa, ‘Tres notas musicales’, cantó aquel célebre estribillo: “¡Ay, qué casualidad/ ahora una Guerra Mundial/ la gente no respeta/ ni que estamos en Carnaval/ Rian, rian”. Pues eso, que en España tampoco respetan nada. Estamos perdiendo las buenas costumbres. Antes las fiestas navideñas tenían sus rituales y eran como una tregua pacífica que todo el mundo respetaba. El mensaje de Navidad del Rey, y ya está. A los discursos de los presidentes autonómicos no les prestaban atención ni sus familiares. En Andalucía, puede que algún enchufado, para pelotear. Y en esas apareció Meritxell Batet, y la Mesa del Congreso reservó fechas para la investidura de Pedro Sánchez, por si acaso.
LA Navidad en Sevilla siempre fue tranquila y en orden. La gente salía a las calles a ver belenes, que antaño se llamaban nacimientos. Desde que bajó la natalidad perdieron el nombre. Verdaderas multitudes acudían a ver los mappings de la plaza de San Francisco, sobre todo en los tiempos de Zoido. Pero las cosas van cambiando. Estamos perdiendo las buenas costumbres. Antes las fiestas navideñas tenían sus rituales y eran como una tregua pacífica que todo el mundo respetaba. El mensaje de Navidad del Rey y a la misa del gallo. Ahora es al revés, a la misa del gallo y al mensaje del Rey. A los discursos de los presidentes autonómicos no le prestaban atención ni sus familiares. En Andalucía, puede que algún enchufado, para pelotear. Y en esas apareció Meritxell Batet, y la Mesa del Congreso empezó a reservar fechas para la investidura de Pedro Sánchez, por si acaso.
ESTOS días pueden originar una ceremonia de la confusión. Se habla de Navidad y pensamos en cuestiones accesorias, incluso rutinarias. Si hay más o menos luces en las calles, si las cabalgatas irán por tales o cuales calles, si hay pistas de hielo o atracciones suficientes para los niños, si las campañas de promoción comercial son buenas y favorecen que la gente compre en Cádiz o en otros municipios de la Bahía, o incluso en Jerez, que es la tierra de las zambombas, cada año menos espontáneas y más dedicadas a recaudar. Se nos olvida lo principal, que es una historia tantas veces contada, en la que un Niño nace en un pesebre de Belén.
HAY una Sevilla que se ha reconvertido en un parque temático de la Navidad. Abre un pasillo de ángeles en la plaza de San Francisco, detrás de los cuales se aprecia la Giralda iluminada, como si se clavara en la oscuridad, y los arcos de luces de la Avenida, que marcan el camino de una carrera oficial. La fachada del Ayuntamiento está sembrada de lucecitas, que parecen evocar el espíritu de los sevillanos. Por allí se llega a la calle Tetuán, a la que llaman la milla de oro del comercio y el consumo, que espera vivir sus semanas fantásticas en estas fiestas, cuando el centro de la ciudad está abierto para las compras. En las administraciones de lotería ya han empezado a pagar los premios del Gordo y a cambiar los décimos para el Niño.