SE suele decir que Cádiz (la provincia y la capital) no es de derechas, pero hay que explicarlo. Para empezar, se debe precisar que la capital es más de izquierda que la provincia; sobre todo que la Bahía, a excepción de Puerto Real, que es más de izquierda que Cádiz. Las características quedaron marcadas desde las primeras elecciones. En 1979 se hizo la primera radiografía. Han pasado 40 años y la vida sigue igual. La gente es más vieja, pero se queja de lo mismo, sobre todo del paro; y no vota lo mismo, pero sí parecido. Kichi es una novedad en Cádiz, aunque relativa. A él se llegó cuando surgieron los indignados, que tenían nombre de comparsa.

LOS resultados de las elecciones generales no son extrapolables a las municipales. Ese es el punto primero de cualquier interpretación al respecto. Sin embargo, dan pistas, claro que sí. Permiten apreciar tendencias. Una de ellas es que puede haber cambio en la Alcaldía de Cádiz. Unidas Podemos (que en las municipales se denominará Adelante Cádiz) van claramente a la baja en la ciudad,  a pesar de la confluencia de Podemos con IU. La mala gestión en el Ayuntamiento no les sale gratis. Están perdiendo votos. En esas condiciones, el PSOE tiene una oportunidad histórica de recuperar la Alcaldía de Cádiz con Fran González. Por su parte, el PP y Ciudadanos no deberían resignarse, lo tienen difícil, pero no imposible.

EL PSOE consiguió ayer un claro triunfo que permitirá a Pedro Sánchez seguir como presidente durante cuatro años, ya que dispone de varias posibilidades para pactar. Incluso puede cambiar de socios en la legislatura. Por la otra parte, el PP cosechó el mayor fracaso de su historia. Pablo Casado se ha quedado con menos de la mitad de los escaños que tuvo Mariano Rajoy en 2016, cuando ya iba a la baja. La culpa de lo uno y de lo otro es de Vox, cuya presencia es significativa, pero no ha servido para nada. Quiero decir para nada que no sea colocar a los diputados de Vox, y para demostrar que en España no hay espacio político útil para tres partidos de centro y derecha.

VA a resultar que el Ayuntamiento ha hecho un buen negocio vendiendo el edificio del Centro Cultural Reina Sofía a la UCA, para sede de su Rectorado. Mira por dónde, voy a escribir bien del alcalde González. En la entrega del premio del Baluarte del Carnaval a Juan Carlos Aragón (a quien envío un fuerte abrazo), me dijo en tono deportivo José Vicente Barcia, al saludarnos: “A ver si escribes bien alguna vez de nosotros”. O sea, de Podemos y de su alcalde anticapitalista. Yo le dije que algunas veces he escrito bien, no muchas, es verdad, pero tampoco da motivos. A las pruebas me remito, de cómo tiene la ciudad de Cádiz. En el caso del antiguo Gobierno Militar, todo hacía suponer que el rector, Eduardo González Mazo, le había dado un cobazo bien dado. Pero parece que no, porque le ha vendido un edificio lleno de fantasmas, según hemos leído en el Diario.

LA provincia de Cádiz tiene unas características urbanas, salvo excepciones en el interior, sobre todo en la Sierra y parte de la Janda. No forma parte de la España vacía, aunque algunos de sus municipios pierdan habitantes. Aquí no hay ningún pueblo de menos de 500 vecinos. Por el contrario, de sus 45 municipios hay 21 (casi la mitad) que tienen más de 10.000 habitantes, y hay ocho (Cádiz, Jerez, Algeciras, San Fernando, El Puerto de Santa María, Chiclana, Sanlúcar y La Línea), que superan los 50.000. Significa que es una provincia con demografía urbana, sobre todo en las dos Bahías y Jerez. Una provincia en la que cualquier partido mínimamente organizado debería presentar candidaturas en todos los ayuntamientos.